Aproximadamente la mitad de las mujeres postmenopáusicas y 1 de cada 5 hombres mayores de 65 años sufren fracturas por esa causa.
El
hueso está en constante remodelación a la largo de la vida, desde el nacimiento hasta la edad adulta, alcanzando su máxima masa en la pubertad y en el adulto joven, explica la
doctora Patricia Abumohor, reumatóloga de la Unidad de Medicina Interna de Clínica Las Condes. La masa alcanzada depende tanto de factores genéticos como del estado de salud durante el crecimiento, además de la nutrición, factores endocrinos, el sexo y la actividad física.
La continua remodelación ósea implica la remoción de hueso antiguo o dañado y la formación constante de hueso nuevo, proceso que repara microfracturas y crea un hueso de calidad, dice la especialista. “Existe un balance entre la formación de hueso y la reabsorción de éste. Se favorece la formación a menor edad, y a medida que envejecemos y en la
menopausia este balance se inclina hacia la reabsorción del hueso”, agrega.
Uno de los problemas que pueden surgir con la edad es la
osteoporosis, enfermedad frecuente del hueso que lo convierte en un tejido frágil con mayor posibilidad de fracturarse. “Se dice que es una enfermedad silenciosa, porque puede no dar síntomas hasta que aparece una
fractura del hueso en forma espontánea o asociada a un mínimo traumatismo o caída, lo que se llama fractura por fragilidad”, señala la doctora.
Además de aparecer asociada a la senilidad y la postmenopausia (primaria), también puede aparecer por una causa o factor que favorece la menor masa ósea y/o la pérdida de hueso (secundaria), como la baja ingesta de calcio, la insuficiencia de
vitamina D, el tabaco y alcohol en exceso, la inmovilidad prolongada, el uso de corticoides en tiempos prolongados, la menopausia precoz y diversas enfermedades genéticas, endocrinas, gastrointestinales como la enfermedad celíaca, la malabsorción, el by pass gástrico entre otras.
Es más frecuente en la raza blanca, en mujeres y personas de mayor edad, pero ocurre en todas las razas, ambos sexos y en todas las edades. Aproximadamente la mitad de las mujeres postmenopáusicas y 1 de cada 5 hombres mayores de 65 años pueden tener una fractura por osteoporosis.
“Las fracturas de columna y cadera son las más severas, además del dolor, pueden llevar a la pérdida de la independencia y aumentar la mortalidad”, sostiene la especialista.