Si su hijo habla con alguien que usted no ve, no se preocupe. En esta etapa los amigos imaginarios son algo absolutamente normal.
“No te puedes sentar ahí porque en ese lugar va José”. “Me tienes que dar dos helados, uno para mí y otro para José”. “Mamá, mira que lindo el dibujo que hizo José”.
Los amigos imaginarios tienen vida, conversan, juegan y hasta pelean con los niños. Pero además, ayudan a que los menores crezcan y desarrollen sus emociones y creatividad. A través de ellos, los niños expresan sus miedos, sus alegrías, sus inquietudes y sus más profundos deseos. Tanto los nombres como las características de esos personajes imaginarios pueden variar: si bien la mayoría de las veces son otros niños, otras tantas pueden ser mascotas o, simplemente, personajes de moda o un súper héroe.
“Entre los 2 y los 5 años los niños confunden la realidad con la fantasía, no conocen el límite que las separa y es algo habitual”, señala la psiquiatra infantil y de adolescentes de CLC, Viviana Herskovic. “La idea del amigo imaginario se da, por lo general, en niños que son más solos. Por ejemplo, en aquellos que no tienen hermanos o que no van al jardín infantil. Crean estos amigos como una forma de tener interacción social”. En todo caso, el hecho que un niño tenga un amigo imaginario no significa de ninguna manera que este menor esté abandonado. Sólo hay que tener en cuenta que es un fenómeno más habitual en niños solos. Así de simple.
Fantasia y Realidad
Por otra parte, no todos los niños los tienen, pero si su hijo es de los que juega con un amigo imaginario, no hay nada especial que hacer. No hay que prohibirlo ni hacerle un espacio en la mesa. Y aunque a usted le parezca divertido, tampoco hay que participar en el juego ni estimularlo. “Es importante respetar al hijo pero también es un buen consejo darle a entender sutilmente que es parte de su imaginación. Hay que ayudarlo a que vaya distinguiendo la realidad de la fantasía”, señala la doctora. Además, los niños con amigos imaginarios suelen expresar sus propios deseos a través de su amigo. A veces hay que comprar chocolate porque “José” quiere o “José” tiene ganas de bañarse en la piscina o simplemente quiere ir a la plaza.
La situación puede volverse complicada y hay que prestar atención cuando se mantiene en el tiempo, más allá de los seis años o recién aparece a esta edad. “Hay que preocuparse si es que el amigo le “dice” o le pide que “haga” cosas extrañas o no adecuadas a un niño. También si expresa que su amigo le “pega” mucho, por ejemplo. Ahí lo más probable es que exista un problema ajeno que está manifestándose a través de este juego”, agrega la doctora Herskovic. En estos casos es mejor consultar, en primer lugar, con el pediatra.
Otro consejo: es fundamental estimular y recalcar a los niños la importancia de tener amigos de verdad ya que con ellos aprenden a tolerar la frustración.
A través del amigo imaginario, los niños:
- Liberan sus sentimientos positivos y negativos.
- Proyectan sus conflictos, miedos y fobias ante situaciones nuevas (sacarse los pañales, ir al jardín infantil, cambiarse de casa, etc).
- Se sienten más fuertes y capaces, favoreciendo su autoestima.
- Controlan mejor sus emociones.
- Desarrollan habilidades sociales.
Tener un amigo imaginario... Es preocupante cuando
- El niño tiene más de seis años y sigue con su amigo imaginario. O recién a esa edad lo descubre.
- Si las cosas que dice o hace ese amigo imaginario son raras o preocupantes.
- Si la única interacción del niño es con su amigo imaginario.
Con la colaboración de Psiquiatría infantil y de Adolescente CLC. Viviana Herskovic.