El chequeo fonoaudiológico es clave en los niños.
A los tres años se recomienda que todos los niños sean evaluados por un
fonoaudiólogo. De esta forma, es posible detectar algunos trastornos que pueden afectar el desarrollo del lenguaje y el proceso comunicativo del menor.
Uno de los problemas más comunes es el trastorno en la articulación de fonemas. “Es la
dificultad permanente en la emisión de un sonido sin que exista una causa sensorial ni motriz a dicha alteración. Por lo general, el menor con este trastorno, presenta escasa habilidad para pronunciar un sonido, sustituye un sonido con otro al decir una palabra u omite un sonido de la palabra”, dice
Francisca Oñate, fonoaudióloga de Clínica Las Condes.
¿Cuáles son los sonidos que se alteran más frecuentemente? Son los sonidos /ch/, /l/, /r/, /rr/, /s/.
Otra dificultad que se puede detectar son los
trastornos miofuncionales. “Son diferencias en las
estructuras orofaciales que interfieren en el correcto desarrollo de la dentición, el habla o la salud. Por ejemplo, labios que carecen de tono, lengua interpuesta entre los dientes,
tendencia a respirar por la boca, maxilar superior o inferior avanzado o retrasado, mordida abierta o no traga de forma limpia, masticando con los dientes y no con las muelas”, señala la fonoaudióloga.
Es importante consultar apenas observes que tu hijo presenta alguno de los
problemas anteriores o si aún a los 3 años presenta algún hábito como utilización de chupete o mamadera, succión digital, succión labial, lingual y de mejillas, succión de objetos, acción de morder-prensar objetos, morderse los labios, morderse las uñas, ronca o respira por la boca. No esperes más tiempo.
Si quieres una evaluación para tu hijo, acércate a la recepción de Kinesiología en el cuarto piso del Edificio Rojo o comunícate al correo
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