En algunos casos se requiere la ayuda de un equipo multidisciplinario. ¿Cuándo consultar?
La respiración es un mecanismo fundamental para la vida, pero no hacerlo en forma adecuada a través de la nariz, puede tener consecuencias negativas para tu salud.
La fonoaudióloga de la
Unidad de Otorrinolaringología de Clínica Las Condes,
Constanza Pacheco, explica que
la respiración consta de dos etapas: la
inspiración y la espiración. Si estás en situación de reposo, la entrada del aire y la salida del aire se realiza por vía nasal, es decir, por la nariz.
Sin embargo, ante cualquier dificultad que puedan presentarse en el recorrido de la vía aérea superior, el organismo se ve obligado a realizar esta función por vía oral,
respirar por la boca. Quienes realizan esta acción son los respiradores bucales.
La respiración bucal, tiene múltiples causas dice Constanza Pacheco. “Desde un
cuadro alérgico, infeccioso - inflamatorio, una
malformación en el recorrido de la vía aérea superior como la desviación de tabique, hipertrofia de cornete puede desencadenar una descompensación respiratoria. También puede ser una razón la
hipotonicidad muscular del paladar, lengua, labio u otro, o la alteración de la mordida.
Son varias las consecuencias de respirar por la boca. “Se
producen cambios anátomo-fisiológicos donde destacan cambios
cráneofaciales, dentales, posturales, aumento de inflamaciones respiratorias, alteraciones del sueño, alteraciones del lenguaje-habla y repercusiones en el desempeño escolar/laboral”, señala la fonoaudióloga.
Por lo mismo, la cantidad de meses o años que la persona lleve respirando por la boca es clave. “Mientras mayor sea el tiempo, mayor serán las compensaciones esperadas”, insiste Constanza Pacheco.
Estas modificaciones provocan también
dolor de espalda y cuello,
disminución del sentido del gusto y el olfato, boca seca (labios secos y heridos), ronquido y rápido cansancio en la práctica de actividad física. Incluso, cuando hay
cambios a nivel dental, la
masticación es ineficiente y la deglución atípica. Hasta la voz puede volverse hipernasal o hiponasal.
Ante la complejidad de estas consecuencias, es necesario que en la solución participen médicos otorrinos, odontólogos, fonoaudiólogos y kinesiólogos. Acércate a la
Unidad de Otorrinolaringología de Clínica Las Condes. No pierdas tiempo y consulta.