El aumento de las personas portadoras de cálculos renales ha sido sostenido en las últimas décadas, lo que tiene que ver principalmente con los hábitos alimentarios. Conoce más a continuación.
Los
cálculos se forman, generalmente, por un desbalance que existe entre el líquido y los compuestos minerales que contiene la orina. “Basta que haya un pequeño desequilibrio para que estos minerales se agrupen entre sí formando cristales, produciéndose verdaderas concreciones sólidas. Este desbalance suele ser el reflejo de una alteración metabólica que tiene relación con la alimentación de los pacientes”, explica el
doctor Juan Andrés Fullá, urólogo > y parte del
Programa de Patología Litiásica de Clínica Las Condes.
En este sentido, el En este sentido, el
doctor Fernando Marchant, también urólogo y parte de este programa, complementa asegurando que “Chile tiene unos de los
índices de obesidad más altos a nivel mundial y esto es un factor muy relevante. Este balance perfecto, cuando hay obesidad o algún otro trastorno metabólico, se pierde, haciendo más frecuente la aparición de cálculos urinarios. En pacientes sin patologías metabólicas asociadas, la tasa es cercana al 8%; en pacientes con obesidad, la tasa es el doble, por eso es muy relevante la nutrición”.
Los cálculos renales son prevenibles
Ambos especialistas son enfáticos en advertir que los cálculos urinarios sí se pueden evitar. Para ello, existen algunas recomendaciones que tienen que ver principalmente con la dieta y la adecuada hidratación.
- Aumenta tu ingesta de líquidos a alrededor de 2.5 - 3 litros por día. Diluir la orina dificulta la formación de cálculos. Debes beber suficiente líquido para producir 2 litros de orina al día. Puedes darte cuenta que estás bebiendo suficiente líquido si tu orina es clara o transparente.
- Aumenta la cantidad de citrato en la dieta. Entre las frutas que tienen citrato se incluyen limones, limas, melones, naranjas y tomates. Estas cinco frutas pueden ayudar a aumentar el nivel de citrato. Puedes exprimir un limón y agregarlo en un vaso de agua para aumentar la ingesta de citrato una vez por día. El citrato equilibra el pH de la orina y puede ayudar a disolver ciertos cristales formadores de cálculos.
- Disminuye el consumo de sal a menos de una cucharadita de té al día (2000 mg/día). Esto disminuirá la cantidad de calcio excretado en la orina. Come más verduras frescas o congeladas en lugar de enlatadas. Come menos carnes procesadas.
- Limita la cantidad de alimentos que contienen oxalato en tu dieta a 50 mg por día. Esto disminuirá la cantidad de oxalato excretado en la orina. Los alimentos con alto contenido de oxalatos son: nueces, mantequilla de maní, chocolate, espinacas, frambuesas y pimienta negra.
- Limita la cantidad de proteínas animales en tu dieta a 200 gr por día (volumen que no sobrepase el tamaño de la palma de una mano). Esto disminuirá la cantidad de ácido úrico excretado en la orina. En el caso de pescado, pollo, carne roja de pollo, no más de 3-5 porciones por semana.
- Ingesta normal de calcio. El calcio es muy importante para una buena salud ósea, muscular y tisular. Se sugiere al menos 2-3 porciones de alimentos ricos en calcio al día. No se recomienda restringir el calcio como suele pensarse, especialmente para pacientes con cálculos renales.
Cuidado con el exceso de vitamina C y D.
Una vez absorbida, la
vitamina C es metabolizada a oxalato, el cual es uno de los componentes principales de los cálculos renales de calcio. Un estudio demostró que, en pacientes formadores de cálculos renales, un consumo mayor de 1000 mg/día de vitamina C, aumenta significativamente la eliminación de oxalato en la orina, incrementando el riesgo de formar cálculos renales, especialmente en los hombres.
En tanto, en el caso de la
vitamina D, esta tiene como función regular el metabolismo del calcio y el fosfato en el organismo, así como también tiene un rol en el sistema inmune. A través de algunos estudios, se ha sugerido que la ingesta de vitamina D en dosis mayores a 4000 UI/día, aumentaría el riesgo de producir cálculos en pacientes con antecedentes previos.
Síntomas
El
síntoma cardinal es el dolor. Por lo general se presenta en la zona lumbar (derecha o izquierda), de forma brusca y de gran intensidad. Si el dolor no responde al uso de analgésicos o el paciente presenta fiebre, debe acudir a un servicio de urgencia.
Tratamientos
El principal tratamiento es la prevención. Además de las recomendaciones de alimentación, se aconseja realizar un estudio de orina, la cual es recolectada durante 24 horas. En dicho estudio se analizan varios componentes que permiten determinar el riesgo de padecer cálculos renales y hacer recomendaciones específicas, así como muchas veces prescribir medicamentos para lograr mejorar los parámetros que se encuentren alterado.
En aquellos pacientes que requieren cirugía, existen 3 tratamientos principales:
- El primero es la litotripsia extracorpórea, la cual es la modalidad menos invasiva. El paciente es situado en una máquina especial y, gracias al uso de rayos x, se ubica el cálculo. Una vez claramente identificado, la máquina emite ondas de choque capaces de fragmentar el cálculo para que el paciente puede expulsar los fragmentos de manera espontánea.
- El segundo tratamiento es la ureteroscopia. A través de este procedimiento se introduce un endoscopio en la vía urinaria. Una vez visualizado el cálculo se utiliza un láser que fragmenta el cálculo, y luego los fragmentos son extraídos con una pinza (canastillo) especialmente diseñado.
- Por último, existe la cirugía percutánea que se reserva para cálculos de gran tamaño. En este caso se crea un pequeño acceso en la zona lumbar cercano a 1 cm y, a través de dicha incisión, se atraviesan las distintas capas hasta acceder al riñón. Una vez adentro del riñón, se procede a fragmentar el cálculo y extraer los trozos activamente.