No importa si se trata de primerizas o no. Luego del parto, siempre es importante tener en cuenta algunas consideraciones.
Han sido nueves meses donde el cuerpo ha debido soportar mayor peso, variaciones anímicas, cambios en la curvatura de la espalda y molestias varias. Y así llega el parto que, pese a ser una de las experiencias más maravillosas en la vida de la mujeres, implica también una serie de cambios que se irán sucediendo desde el alumbramiento hasta poco más de un mes después. Es lo que los obstetras denominan período posparto o puerperio. Una etapa que trae cambios físicos, molestias y hasta implicancias emocionales, que conviene conocer de antemano para enfrentarlos de la mejor manera posible y recuperarse bien.
Junto al doctor Mario Montoya, ginecoobstetra de Clínica Las Condes, detallamos a continuación cuáles son estos cambios a los que toda mujer se enfrenta en menor o mayor medida, y algunas de las recomendaciones más importantes:
Cambios físicos
- Loquios: es el flujo que viene del lecho donde estaba la placenta y que expulsa el cuerpo después del parto. Inicialmente es sangre y, a medida que se va produciendo la cicatrización del lecho placentario, el contenido de esta va disminuyendo y es mayor el de plasma. Entre el cuarto y octavo día ya prácticamente no hay sangre como tal y se hacen cada vez más claros. Pueden durar 21 días o incluso más. No es recomendable el uso de tampones, por el riesgo de infección.
- Entuertos: son las contracciones que se producen después del parto y que se intensifican cuando la guagua está al pecho. Permiten eliminar los loquios y pueden durar entre 7 y 12 días. Por razones que no están claras, son más acentuados en las multíparas que en las primíparas. Hay analgésicos específicos que disminuyen su intensidad.
- Episiotomía: es la incisión a nivel del periné que se realiza durante el parto para evitar desgarros. Para su cuidado se requiere sólo el lavado con agua (sin jabón ni povidona), mientras haya loquios y cada vez que se vaya al baño.
- Dolores lumbares: a consecuencia de los cambios anatómicos que se producen al desaparecer el peso del útero y estirarse ciertos músculos, puede haber algunos dolores en la región lumbar y verse incrementados por malas posturas al cargar la guagua o al amamantar. Suelen ir desapareciendo con el transcurso de los días.
- Estreñimiento: debido a los cambios hormonales del embarazo y al hecho de que exista una aprensión respecto a la cicatrización de la episiotomía, muchas mujeres van posponiendo la ida al baño, lo cual termina por acentuar un trastorno de estreñimiento. Algunas recomendaciones son consumir abundante agua y fibra, y recurrir al uso de laxantes suaves cuando sea requerido e indicado por el médico.
- Hemorroides: si han existido durante el embarazo, estos tienden a acentuarse después del parto, y en algunas condiciones a inflamarse. Se debe realizar tratamiento local con cremas específicas y evitar la constipación. Si las molestias continúan, debe consultarse con el médico.
- Incontinencia urinaria: a veces se produce por una causa traumática (el paso de la cabeza a través del canal del parto), pero tiende a desaparecer en los 15 días posteriores.
Estado de ánimo
- Cansancio: es normal que las mujeres se sientan bastante cansadas los días posteriores al parto, lo cual tiende a acentuarse cuando llegan a la casa y se ven enfrentadas a las distintas obligaciones diarias. Un consejo importante es tratar de dormir cuando el niño lo haga, alimentarse bien y, en la medida de lo posible, dejar de ocuparse de las tareas de la casa, al menos en una primera etapa.
- Carácter: debido al cansancio acumulado y los cambios hormonales, es normal que la mujer en los primeros días experimente cambios de humor, que se irán estabilizando conforme vayan pasando los días. Distinto es el caso de aquellas que presentan rasgos de depresión, con signos como desgano, insomnio, falta de interés o rechazo del recién nacido. Es importante estar alerta a estos síntomas para recibir un tratamiento precoz.
Lactancia
- Bajada de la leche: proceso de congestión mamaria que antecede al inicio de la lactancia, y que se produce entre el primer y cuarto día después del parto. Se siente una gran congestión mamaria, calor, sudoración y dolor en la región dorsal, que puede manejarse con calor local, duchas de agua caliente y mayor frecuencia de las mamadas.
- Mastitis: es una inflamación de las mamas, donde puede o no existir infección. Suele iniciarse por una retención de leche que provoca una reacción inflamatoria, que de no tratarse a tiempo termina en una infección, ocasionando fiebre, dolor intenso, hinchazón, enrojecimiento y calor en la zona afectada, que se acompaña de otros síntomas como malestar general, escalofríos, dolor de cabeza, náuseas y vómitos. En ocasiones, solo con hacer masajes en los pechos bajo la ducha, desde las axilas hasta el pezón, se consigue eliminar el tapón, pero en casos más agudos se debe recurrir a los antibióticos y, en casos más severos, llegar a requerir una solución quirúrgica.
- Los pezones: amamantar al bebé no debiera producir ningún tipo de dolor; de lo contrario, la técnica no está siendo la indicada. En caso de que se produzca irritación se debe limpiar la saliva del bebé (que tiene enzimas que puede macerar la piel), lavando el pezón con agua. Luego hay que secarlos y mantenerlos lubricados con alguna crema con lanolina, que incluso pueden utilizarse durante el amamantamiento mismo.
¿Es necesario hacer reposo?
Según explica el doctor Mario Montoya, la mujer que ha dado a luz no necesita estar en cama, sino tener un reposo relativo, pudiendo llevar una vida completamente normal después del parto.
En el caso de la cesárea hay que tener en cuenta que la recuperación es algo más lenta que la de un parto vaginal. Esto, porque al ser una laparotomía (cirugía que abre la cavidad peritoneal y el útero) requiere cuidados en la herida operatoria –como evitar que se infecte o lesione– y descanso. Es recomendable que en los primeros 10 a 12 días no se efectúen grandes esfuerzos físicos.
El puerperio
Es el período después del parto, donde se produce una regresión de todos los cambios que se produjeron en el embarazo. Está el puerperio inmediato, que son los primeros 10 días, donde debe efectuarse el primer control médico, y el puerperio más tardío, hasta el día 52, donde comienzan a recuperarse paulatinamente las funciones previas, incluso la ovulación, y debe realizarse una nueva visita al doctor para el alta médica.
Signos de alerta
Frente a cualquiera de estos síntomas, es importante consultar cuanto antes con tu médico:
- Fiebre
- Hemorragia vaginal abundante
- Secreciones vaginales malolientes
- Dolor abdominal intenso
- Rechazo por la guagua
- Molestias para orinar