El consumo temprano de alcohol en la adolescencia, puede generar repercusiones a corto y mediano plazo, entre ellos alteración en la concentración, memoria y aprendizaje, disminuyendo el rendimiento escolar, y la funcionalidad en tareas propias de la edad. El cerebro del adolescente aún se encuentra en proceso de maduración por ende el alcohol al ser un inhibidor del sistema nervioso central generaría alteración en la toma de decisiones, las emociones y la conducta.
Los especialistas del
Departamento de Psiquiatría de Clínica Las Condes, explican que “es común experimentar con el alcohol durante la adolescencia, desafortunadamente esta población no logra ver la relación entre sus acciones en el presente y las consecuencias del mañana, el uso de esta sustancia a temprana edad aumenta el riesgo del uso de otras drogas, las cuales se consideran más peligrosas, causando daños significativos a ellos mismos y probablemente a otros”.
Daños por el consumo de alcohol a nivel cerebral
Por otro lado, los expertos indican que “el cerebro de los jóvenes sigue creciendo y desarrollándose hasta alrededor de los 25 años y el alcohol afecta al cerebro de forma general, interrumpiendo la interconexión neuronal, específicamente en dos áreas cerebrales: el cerebelo, que nos ayuda a controlar el movimiento, el equilibrio y la coordinación; y el lóbulo frontal, responsable de aspectos como la memoria, el aprendizaje y la toma de decisiones. En este sentido la ingesta de esta sustancia a temprana edad puede tener efectos nocivos e irreversibles en el sistema nervioso del individuo”.
Las neuronas del lóbulo frontal se encuentran recubiertas por mielina
, una sustancia que ayuda a acelerar la conducción de los impulsos nerviosos. Esta zona es la responsable de funciones como la organización, el control de los impulsos y la planificación. En ese sentido, el consumo de alcohol a temprana edad puede tener efectos nocivos e irreversibles en la mielinización, alterando la funcionalidad de las células
nerviosas (neuronas) quienes envían, reciben y procesan la información a nivel cerebral.
Pero ¿cómo afecta nuestro comportamiento?
Los cambios de comportamiento en un individuo bajo los efectos del alcohol son evidenciados por fluctuaciones en su estado de ánimo, desde la pena y la tristeza hasta la euforia, conductas inadecuadas (sexo sin protección, conducir en estado de embriaguez, exposición ante escenarios y lugares de riesgo, agresividad, impulsividad), alteraciones sensoriales (falta de orientación, confusión y disminución de los reflejos).
Patologías asociadas al consumo de alcohol
- Depresión.
- Trastorno de ansiedad.
- Trastornos del sueño.
- Hipertensión arterial.
- Enfermedad cardiaca.
- Accidentes cerebrovasculares.
- Perdida grave de la memoria (demencia alcohólica).
- Enfermedad hepática (cirrosis).
- Trastornos digestivos.
- Cáncer (de boca, garganta, laringe, esófago, colon y recto, entre otros).
¿Cómo identificar a una persona dependiente del alcohol?
Los expertos señalan que dentro de los marcadores prevalentes en las personas consumidoras de alcohol destacan:
- Cambios en la personalidad.
- Irritabilidad.
- Fatiga.
- Problemas al dormir.
- Retraimiento.
- Falta de interés por tareas propias de la edad.
- Comportamiento conflictivo.
- Bajo rendimiento (académico y laboral).
- Descuido en su apariencia física (falta de higiene).
- Dificultad en el habla (expresión verbal)
- Pensamiento y marcha lenta.
La mayoría de los pacientes que adquieren dependencia al alcohol, tienen historial familiar de alcoholismo o consumo de drogas, problemas de autoestima, problemas familiares (disfuncionalidad, violencia intrafamiliar), problemas vinculares y de comunicación.
“Lo que buscan es una salida, sentir placer y sensación de bienestar, desconectarse transitoriamente de su realidad, al generarse un estado de poca consciencia, lo que conlleva al cuadro de dependencia al alcohol, por la frecuente practica y lo que obtienen con la misma”, detallan los especialistas.
¿Cuándo buscar ayuda?
Cuando el consumo irrumpe con la funcionalidad de la persona, es momento de solicitar ayuda a un especialista. La mayoría de los individuos con trastornos por consumo de alcohol pueden recuperarse con tratamiento, que puede incluir medicamentos o terapias psicológicas, dependiendo del estado del paciente.