Clínica Las Condes y Teletón, generaron un convenio que actualmente ha permitido la realización de dos jornadas quirúrgicas mensuales en las que se intervienen a pacientes del Instituto Teletón.
A los 8 años, Javiera Díaz fue diagnosticada con una
distrofia muscular muy poco frecuente que afecta el área de sus hombros, brazos, espalda y abdomen. “Esta enfermedad
ataca los músculos y empieza en la segunda o tercera década de la vida. Lo que provoca es una
alteración de la movilidad, en esta paciente especialmente a nivel del hombro derecho. En el caso de Javiera, los músculos que se hacen cargo de afirmar su escápula no trabajan, por lo que queda suelta y hace que ella no pueda elevar el brazo”, comentó el
Dr. Manuel Méndez, traumatólogo y ortopedista de Clínica Las Condes.
Desde los 16 años, el desarrollo de esta enfermedad comenzó a deteriorar progresivamente la musculatura y provocar que la escápula de Javiera se saliera frecuentemente con actividades comunes y golpes suaves. “Al principio no era tan seguido, luego como la musculatura se echó a perder tanto, ya después con solo un roce se le salía. En un mes se le salió entre 2 o 3 veces, cada vez que me llamaban para avisarme que a la Javi se le salía escapula, para mí era un terror”, contó Angélica Salas, madre de Javiera.
Javiera conoció al doctor Méndez en el
Instituto Teletón de Santiago, después de evaluarla le comentó que la solución era someterse a una
artrodesis escapulotorácica, una cirugía que nunca se había realizado en Chile y que consiste en
fijar la escápula a las costillas. El especialista le pidió a Javiera que le diera un tiempo para estudiar la cirugía, consultar con colegas del extranjero y así planificar una intervención exitosa.
Fue en este periodo, que
Clínica Las Condes y Teletón, generaron un convenio que actualmente ha permitido la realización de dos jornadas quirúrgicas mensuales en las que se intervienen a pacientes del Instituto.
En una de estas jornadas, Javiera fue operada para poder solucionar de manera efectiva el problema y revertir el daño que estaba causando a su calidad de vida. “Lo que hicimos fue fijar la escápula en las costillas, con asas de alambre e injertos. Es la solución más efectiva porque no hay ningún músculo que pueda hacerse cargo de repetir ese movimiento, se trata de una cirugía técnicamente muy compleja”, comentó el Dr. Méndez.
Hoy Javiera se recupera en su casa en Molina y espera volver a realizar su vida de manera normal retomando sus actividades. “Estoy súper feliz, antes siempre estaba escondida y en la única parte que me sentí incorporada y normal fue en Teletón. Ahora con esta operación creo que voy a poder hacer más cosas. Cuando iba entrando a pabellón, me despedí de mi mamá y estaban todos muy nerviosos, pero yo estaba súper tranquila porque el doctor me dio esa confianza desde un principio”, señaló Javiera.