Un adecuado estado nutricional, permite a pacientes con cáncer enfrentar de mejor manera los tratamientos oncológicos, aumentando la probabilidad de presentar una mejor respuesta inmunológica y mayor sobrevida.
Importancia de la buena alimentación
Desde el
Departamento de Nutriología de Clínica Las Condes, explican que “
hasta un 40% de los pacientes se encuentran con desnutrición al momento del diagnóstico y esta condición tiende a aumentar durante el tratamiento”.
“La desnutrición puede retrasar el inicio de un tratamiento o cirugía, aumenta el riesgo de intolerancia a los tratamientos, empeorando la calidad de vida y disminuyendo la funcionalidad. Una persona con un adecuado estado nutricional
tiene mayor probabilidad de presentar una mejor respuesta inmunológica y mayor sobrevida que un paciente con desnutrición”, detallan los profesionales.
Es importante el
seguimiento nutricional de los pacientes con
cáncer durante y después del tratamiento, para evaluar patologías y condiciones concomitantes como la sarcopenia (pérdida de masa muscular), osteopenia y osteoporosis, deficiencia de vitaminas y minerales, y la predisposición a presentar recidiva, como ocurre con la obesidad y el cáncer de mama.
Alimentos que no pueden faltar en la dieta de un paciente con cáncer
- Alimentos ricos en proteínas y de alto valor biológico: carne, lácteos, huevos y legumbres.
- Carbohidratos que aportan energía: cereales integrales, harinas integrales, frutas.
- Grasas de buena calidad: palta, aceitunas, aceite de oliva y frutos secos.
- Alimentos que aporten fibra, presentes en frutas, verduras y cereales integrales.
- Mantener una adecuada hidratación.
“La
dieta mediterránea es considerada uno de los patrones dietarios con mayor evidencia científica en cuanto a sus beneficios en salud. Se caracteriza por incluir altas cantidades de frutas, verduras y cereales integrales. También por integrar carnes blancas como aves, pescados, así como una elevada ingesta de aceite de oliva y menor consumo de carnes rojas, carbohidratos refinados y grasas saturadas”, manifiestan desde el equipo de nutriología CLC.
¿Se deben evitar ciertos alimentos?
Por otro lado, los especialistas mencionan que “existen muchos mitos con respecto a la alimentación y el cáncer que no tienen sustento científico y que confunden a los pacientes. Uno de ellos es la
dieta alcalina, la que recomienda eliminar el consumo de carnes en general, huevos y lácteos, sin embargo, esta dieta no solo no es beneficiosa para el paciente oncológico, sino que produce desnutrición, con todos los efectos adversos que ya comentamos. También sugieren evitar el consumo de té, café, chocolates, etcétera, que, si bien se pueden eliminar, no está comprobado que su consumo en forma moderada sea perjudicial”.
Un paciente con adecuado estado nutricional:
- Mejora su sistema inmune.
- Tiene mejor tolerancia al tratamiento.
- Pasa menor tiempo de hospitalización.
- Aumenta la sobrevida global.
“Al momento del diagnóstico nos podemos encontrar con pacientes con
alteraciones nutricionales tanto por déficit (baja de peso y desnutrición) como malnutrición por exceso (sobrepeso y obesidad), así como también
alteraciones en la composición corporal (exceso de grasa y/o menor de masa muscular), condiciones que deben ser evaluadas y tratadas de forma específica”, destacan los especialistas.