El test de esfuerzo pediátrico se utiliza, entre otras cosas, para evaluar la respuesta cardiovascular de los niños, y Clínica Las Condes cuenta con este examen en sus dependencias.
Este examen permite evaluar en niños la respuesta cardiovascular a través de la observación y registro de variables clínicas (dolor precordial, mareo, náuseas), hemodinámicas (comportamiento de la frecuencia cardiaca y presión arterial) y electrocardiográficas, cuando el paciente es sometido a un ejercicio físico progresivo y protocolizado sobre una cinta rodante o bicicleta estática.
Desde el
Departamento de Cardiología de Clínica Las Condes, explican que “el protocolo más utilizado es el de
Bruce, en el cual se aumenta la velocidad e inclinación de la cinta rodante cada 3 minutos. El esfuerzo suele durar entre 6 y 12 minutos dependiendo de la capacidad funcional y sintomatología del paciente y, posteriormente, existe un periodo de monitorización de estos mismos parámetros en la vuelta a la calma”.
“En este test se pueden evaluar alteraciones cardiovasculares que no se observan o manifiestan en reposo. Cabe señalar que en Clínica Las Condes siempre se realiza bajo la supervisión de un cardiólogo pediatra y una enfermera”, agregan.
¿Para qué sirve el test de esfuerzo pediátrico?
Este test se utiliza para evaluar aspectos como:
- Respuesta cardiovascular durante el ejercicio:
- Frecuencia cardiaca.
- Presión arterial.
- Capacidad funcional.
- Síntomas asociados o gatillados durante el ejercicio.
¿Qué enfermedades se pueden diagnosticar?
Los médicos indican que con este test “se puede descartar o confirmar causalidad cardiaca de un dolor al pecho, la presencia de algunas arritmias gatilladas por ejercicio, alteraciones de la frecuencia cardiaca, conocer la capacidad funcional de un niño, niña o adolescente en general o que va a iniciar un entrenamiento físico. Si el niño es deportista, se puede evaluar su condición para realizar un ejercicio intenso, como una maratón”.
¿Cuándo realizar el test?
Entre las indicaciones más conocidas se encuentran:
- Dolor al pecho con o sin ejercicio.
- Sospecha de isquemia miocárdica.
- Síncope con ejercicio (desmayo).
- Evaluar el comportamiento de la frecuencia cardíaca y presión arterial durante un esfuerzo físico.
- La presencia de arritmias gatilladas por ejercicio.
- Estudiar otros síntomas gatillados por esfuerzo físico (por ejemplo: palpitaciones, mareos, dificultad para respirar).
- Guiar decisiones de un tratamiento.
- Evaluación de la capacidad funcional en población sana, con enfermedades o que deseen realizar entrenamiento.
- Rehabilitación.
- En deportistas que deseen realizar ejercicio físico intenso.
Preparación para realizar el test
Este examen se puede realizar en pacientes pediátricos a partir de los 8 años y se debe cumplir con algunas indicaciones como:
- Ayuno de al menos 4 horas (pero no mayor a 8 horas).
- No descontinuar medicamentos de uso habitual, a menos que su médico lo indique.
- No realizar ejercicio moderado o vigoroso 24 a 36 horas antes.
- No consumir bebidas alcohólicas, energéticas ni cafeína 12 horas antes.
- Asistir con ropa y calzado adecuado para realizar ejercicio.
- Asistir acompañados.
¿En qué consiste el test de esfuerzo?
Se le colocan al paciente electrodos en el pecho para registrar la actividad eléctrica del corazón durante el examen, mediante un electrocardiograma completo de 12 derivaciones y un manguito de presión arterial en el brazo derecho.
Posteriormente y sobre una cinta rodante se comienza el examen inicialmente con una velocidad e inclinación baja. Cada tres minutos se aumentará la velocidad e inclinación de la cinta de modo de aumentar la intensidad del esfuerzo físico.
Se controlará la presión arterial al inicio del test y luego cada 3 minutos. El examen se detendrá cuando se complete la prueba, se observen alteraciones en los registros o a solicitud del paciente.