La toxina botulínica constituye la alternativa más eficaz para disminuir los surcos y arrugas de expresión en el tercio superior del rostro. Su aplicación es ambulatoria y prácticamente indolora.
Cada vez son más las personas que recurren a la toxina botulínica para atenuar arrugas en las zonas del entrecejo, frente y perioculares. Esto, porque el procedimiento dura sólo media hora, no deja marcas ni cicatrices, se consigue una apariencia muy natural y no es necesario un reposo postoperatorio, como ocurriría en una intervención quirúrgica. Los resultados son visibles en los primeros 5 y 7 días, dando una expresión muy natural.
¿Qué es la toxina botulínica?
La
toxina botulínica tipo A es una neurotoxina producida por la bacteria clostridium botulinum que, al inyectarse en pequeñas dosis, causa un debilitamiento de la musculatura, lo que relaja los músculos e impide que los pacientes los contraigan con fuerza. De este modo, se evita que se produzcan líneas de expresión, lo que da al rostro un aspecto joven y lozano, sin recurrir al bisturí.
Cada aplicación tiene una duración aproximada de 6 meses, según la fuerza de contracción muscular de cada persona, por lo cual, si el paciente lo desea, debe reinyectarse una vez concluido el efecto.
La cantidad que se utiliza en cada aplicación es tan reducida que no conlleva riesgos, por lo cual la toxina botulínica puede ser inyectada en forma constante por largos períodos; si se quiere desde los 35 hasta los 60 años.
No se justifica el uso de anestesia ya que, a diferencia de otros tratamientos, éste es indoloro. Sólo se coloca un poco de hielo para que el paciente no sienta las inyecciones.
Luego de efectuado el procedimiento, la principal indicación es que el paciente
no se acueste durante las siguientes 4 horas, como medida de precaución para evitar que la toxina botulínica se deslice hacia el músculo elevador del párpado, lo que podría ocasionar una caída involuntaria de éste.
Posteriormente, se pueden realizar las actividades habituales y, a la semana, hay que volver para una evaluación médica.
Una aplicación de toxina botulínica no debe dejar edemas ni hinchazón. Puede pasar que al colocar una inyección se pase a llevar un vaso sanguíneo y se produzca un pequeño hematoma, pero éste desaparece a los tres días. Es una complicación muy poco frecuente.
¿Quiénes pueden usarlo?
Hombres y mujeres pueden inyectarse toxina botulínica. El tratamiento sólo está contraindicado para embarazadas y para quienes padezcan enfermedades del colágeno, como lupus y cuadros reumáticos. No se requieren exámenes previos, sólo una consulta para que el médico pueda evaluar la fuerza de contracción muscular y así determinar la dosis requerida.