Han aumentado los casos de acné en los adultos, por lo que cremas, buena alimentación y tecnología disponible en Clínica Las Condes, puede ayudar a disminuirlo.
El
acné es característico de la adolescencia, sin embargo, se ha hecho
más común en los mayores de 25 años, fundamentalmente en mujeres. Si bien, no está clara la incidencia, la mayoría de los estudios reportan alrededor de un 12% de afectadas después de esa edad, disminuyendo significativamente a partir de los 45 años.
La doctora
María Carolina Lobos, dermatóloga de Clínica Las Condes en la edad adulta no están bien claras aún. Están involucrados factores genéticos que implican una activación excesiva del sistema inmune. Aproximadamente el 50% de los pacientes tienen historia de familiares de
acné en etapa adulta”, explica la especialista.
Alrededor de un tercio de las pacientes, además de
acné, tienen
exceso de vello en ciertas áreas (
hirsutismo),
caída de cabello (
alopecia) y
alteraciones del ciclo menstrual. En estos casos la causa podría estar relacionada con problemas hormonales que deben ser estudiados en forma dirigida.
Otros factores que han sido involucrados son el
estrés, el
uso de cosméticos o productos aceitosos, inadecuados para
piel grasa. Algunos estudios recientes sugieren que el
tabaco agravaría el
acné en la mujer adulta.
De acuerdo con la doctora, hay algunas diferencias en comparación con la presentación típica observada en adolescentes. “En las mujeres adultas, las lesiones son predominantemente inflamatorias, como pápulas, pústulas (
espinillas) y nódulos, los que tienden a ubicarse en la cara; principalmente alrededor de boca y mentón (tercio inferior) y en el cuello (caras laterales)”, dice. La mayoría empeora en período premenstrual, agrega, y son más frecuentes las secuelas con cicatrices y cambios de pigmentación (hiper o hipopigmentación postinflamatoria).
Tecnología disponible para tratar el acné en la adultez
Tanto el
acné de la adolescencia como el de comienzo tardío tienen tratamiento, y en ambos casos son similares, indica la doctora María Carolina Lobos.
Según la dermatóloga, primero implica un
aseo adecuado del rostro, especialmente de la zona T, hidratación con productos libres de aceite y aplicación de productos específicos en áreas afectadas. “Dependiendo de cada caso existen distintas alternativas de medicamentos administrados en forma tópica y oral. Los
tratamientos orales incluyen antibióticos, isotretinoina, anticonceptivos orales, espironolactona, entre otros”, agrega.
A estos tratamiento se puede agregar la
fototerapia: con luz azul (de 414 nm) que actúa eliminando una bacteria implicada en él (
Propionibacterium acnes) y puede ser complementado con luz roja (630 nm), que tiene efecto antiinflamatorio. “Ambas terapias son indoloras seguras y no contienen radiación ultravioleta (UV)”, y ambas también se realizan en Clínica Las Condes.
De acuerdo con la doctora, los tratamientos con
láser y luz pulsada intensa se utilizan para mejorar las secuelas pigmentarias (
manchas) y
cicatrices que deja el acné, y además tienen un efecto de rejuvenecimiento, ya que estimulan la formación de colágeno.
En Clínica Las Condes existen varias alternativas que deben ser evaluadas en cada caso dependiendo del
tipo de lesiones y condición de la paciente:
- Luz Pulsada Intensa (IPL), fundamentalmente para manchas.
- Láser Fraxel (no ablativo), para manchas y cicatrices.
- Láser de C02 Ablativo Fraccionado, para cicatrices más profundas.