Cuatro claves sobre la psoriasis que debes conocer
23 de abril, 2018
·Adultos
Enfermedad se hereda, pero bajo ciertos estímulos ambientales se expresan.
La
psoriasis es enfermedad que produce que las
células de la piel se acumulen, formando
escamas y manchas secas que producen picazón. Es una enfermedad mediada por el sistema inmune, crónica y que puede atacar a la piel, las uñas y las articulaciones. El doctor
Fernando Valenzuela, dermatólogo de Clínica Las Condes, explica algunas de las claves de la enfermedad.
- Causas: La psoriasis es una enfermedad genéticamente determinada, es decir, se hereda. Sin embargo, necesita que estímulos ambientales la gatillen o perpetúen, entre ellos, las infecciones, el estrés físico o psicológico y los traumas locales cutáneos son los más frecuentes.
- Factores de riesgo: De acuerdo al especialista, tienen más riesgo aquellas personas que tienen familiares con psoriasis y las que ya hayan tenido brotes previos de la enfermedad. “Muchas veces, hay pacientes que no reconocen a nadie cercano con psoriasis, y puede ser, justamente porque no siempre se expresan las enfermedades en todas las personas susceptibles, o porque esas personas tuvieron psoriasis leves y se confundieron con caspa nerviosa, resequedad de la piel, o problemas menores”, dice.
- Tratamiento: La psoriasis es una enfermedad crónica como muchas otras, que con un correcto tratamiento puede pasar desapercibida. Dependiendo de la extensión de la enfermedad, de la presencia de otras enfermedades acompañantes, de la edad del paciente, de los tratamientos previos y los deseos de cada persona, existen tratamientos tópicos (cremas, lociones, shampoo, etc), fototerapia, tratamientos sistémicos y tratamientos biológicos. “En la consulta, de acuerdo a la actividad de la enfermedad, se discuten efectos benéficos y adversos de cada uno y se llega al mejor tratamiento. Se pueden combinar terapias o ir rotando en el tiempo. No hay un tratamiento único, cada decisión es personalizada”, explica.
- Precauciones: El doctor Valenzuela indica que se deben evitar los gatillantes de la enfermedad, es decir, evitar y tratar oportunamente las infecciones, tener estilos de vida saludables evitando el estrés y lubricar la piel para evitar la resequedad y los traumas cutáneos.