Personas con cálculos o colon irritable deben tener aún más cuidado con los excesos.
Un 20% de los chilenos tiene trastornos digestivos funcionales, como
colon irritable, por ejemplo, y que están entre quienes más sufren frente a los excesos de comida o bebidas.
“A veces es difícil transmitir recomendaciones, se puede caer en el extremo de preocupar exageradamente”, dice el doctor
Roberto Merino, gastroenterólogo de Clínica Las Condes, pero agrega que los excesos de comida pueden precipitar situaciones que son más urgentes en personas que ya tienen trastornos intestinales.
“Personas con piedras en la vesícula, por ejemplo, que comen sobrecarga de grasa, en ese mecanismo se mueven las piedras y termina teniendo dolores que son por la movilización de estas piedras. En ese sentido, los dolores pueden ser más intensos, acompañados de vómitos, la persona no se puede hidratar prácticamente. El sentido común tiende a decir que es más allá de que caiga mal una comida, es necesario consultar”, sostiene.
En quienes tienen colon irritable diagnosticado ya conocen su cuerpo y saben que frente a una sobrecarga van a sufrir. “Probablemente tenga a que volver a su medicamento habitual, hacer una dieta, pero en definitiva podría hacer una observación de la evolución sintomática y si va a la regresión o no son síntomas de alarma puede ir a control con su médico tratante”, dice.
Cuando hay vómitos que no permiten la hidratación de una persona hay que partir a un servicio de urgencia. Lo mismo cuando ocurren fenómenos de diarrea. “Uno puede tener diarrea o a veces coexistencia con estos cambios de sobrecrecimiento de bacterias por alimentos, pero si los síntomas son transitorios duran un par de días no es algo para ir a un especialista, pero si persiste, aparecen síntomas de alarma, fiebre alta,
sangre en deposiciones signos de deshidratación, ir a la urgencia”, dice.
Lo mismo con el dolor, que no es marcador tan directo, porque a veces las cosas graves no dan tanto dolor, por lo que hay que poner atención al decaimiento.