La probabilidad de un embarazo aumenta cuando los óvulos son donados, en casos en que ya no es posible conseguir la gestación con otra alternativa.
El mayor acceso a educación superior y la entrada al mundo laboral han provocado que las mujeres en Chile
retrasen la maternidad. Según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), en los últimos años, las mayores de 35 pasaron de aportar 8.288 hijos en 1999, a 15.062 en 2012: un alza de 82%.
No obstante, tratar de embarazarse a esa edad es más complejo de lo que parece. Si una mujer de 30 años tiene un 70% de posibilidades de quedar embarazada después de un año de comenzar a intentarlo, a los 35 años esa probabilidad baja al 55%. Siguiendo esa tendencia, a los 40 es menos de 5%, y a los 45 años es del 3%. Eso, porque la reserva ovárica -la cantidad y calidad de los óvulos en los ovarios-
es finita y disminuye con la edad.
“Hoy en día
se produce con mayor frecuencia la postergación de la maternidad, con las mujeres intentando ser madres a edades más tardías. Esto hace que diagnostiquemos cada vez con mayor frecuencia una infertilidad secundaria, debido a una mala reserva ovárica”, explica el doctor
Diego Masoli, ginecólogo de la Unidad de Medicina Reproductiva de la Clínica Las Condes.
Para franquear ese obstáculo es que hoy muchas mujeres buscan asegurarse criopreservando sus óvulos, con los que es posible hacer una
fertilización in vitro (FIV) más tarde. Pero para quienes no lo hacen, y post 40 años se enfrentan a la infertilidad o a una reserva de óvulos escasa y de baja calidad, existen los tratamientos de alta complejidad, como la
FIV con huevos donados.
La
donación de gametos u ovodonación se considera el último escalón en la reproducción asistida y
se utiliza cuando no existe una posibilidad razonable de conseguir una gestación con otro método. “En el caso de pacientes con edad avanzada, sobre los 43 años, o con muy baja reserva ovárica, el tratamiento de fertilización in vitro con huevos donados
aporta las más altas tasas de embarazo, ya que la probabilidad de embarazo depende siempre de la edad y la calidad de los huevos”, indica el especialista.
La probabilidad de embarazo con la FIV
ronda el 48% cuando es con huevos propios y sobrepasa el 55% cuando se utilizan huevos donados.
El doctor Masoli indica que la FIV con ovodonación se recomienda en mujeres que no tienen huevos disponibles en los ovarios, ya sea
porque estos se han acabado como parte de la evolución biológica natural en pacientes mayores, o porque los han perdido en forma prematura (por falla ovárica prematura o menopausia precoz, por ejemplo), como consecuencia de
alteraciones genéticas, cirugías repetitivas sobre los ovarios, tratamientos de cáncer en la infancia o juventud, entre otros. “Estas pacientes necesitan recibir huevos de otras mujeres jóvenes y sanas para poder hacer una FIV y generar embriones de óptima calidad para intentar el embarazo”, sostiene.
Clínica Las Condes inició este año su Programa de Ovodonación
El ingreso a éste, explica el doctor Masoli, debe ser indicado por el médico tratante
luego de un completo estudio de su infertilidad y un diagnóstico que requiera este tratamiento. La elección de la donante se realiza tomando en cuenta desde el grupo sanguíneo al parecido físico entre las mujeres.
El proceso incluye un tratamiento para preparar el endometrio de la mujer receptora, previo a la transferencia embrionaria, lo que le proporciona al útero la capacidad de que se implanten.
El semen del padre, en tanto, puede ser criopreservado u obtenido el mismo día de la donación de los ovocitos. En laboratorio se escogen los espermatozoides más adecuados para fecundar los óvulos donados.
Una vez lograda la fecundación, los embriones permanecen en el laboratorio hasta su transferencia. Cuándo y cuántos embriones serán transferidos debe ser determinado por el médico tratante,
según el historial de la pareja y el número de embriones obtenidos.
¿Quiénes pueden ser donantes?
El especialista explica que
las mujeres que donan óvulos deben ser pacientes sanas, sin antecedentes familiares de enfermedades hereditarias y de entre 21 y 30 años, rango en que la calidad y cantidad de gametos es mayor.
Se reclutan entre
universitarias que estudien o trabajen y son seleccionadas luego de una evaluación psicológica y médica. El equipo médico, que incluye psicóloga y matrona, hace un pareo entre donante y receptora, considerando el grupo de sangre y el aspecto físico.
Una vez decidida la donante,
se le estimula la ovulación y se extraen los huevos, los que son fertilizados con los espermios de la pareja de la mujer receptora. Una vez lograda la fecundación,
el embrión es transferido al útero de ésta.