Los exámenes de ultrasonido, conocidos como ecografías, son esenciales para detectar problemas maternos y fetales. ¿Cuántos tipos existen?
El objetivo de una ecografía es evaluar el bienestar fetal en términos de crecimiento y desarrollo del feto. Por otro lado, se busca establecer posibles complicaciones o diagnosticar alguna anormalidad que permita darle un seguimiento y tratamiento oportuno, tanto para la madre, como para el hijo.
“Las ecografías permiten evaluar el feto dentro de la cavidad uterina, pudiendo ver crecimiento y desarrollo en cada etapa del embarazo. Además, permite que los padres puedan ver su evolución en el tiempo y así lograr un apego con su hijo desde el vientre materno”
— Ecografista de Clínica Las Condes
Desde el punto de vista de la seguridad, el especialista cuenta que “desde que la paciente ingresa, los datos son cargados inmediatamente en el ecógrafo y esas imágenes pasan al informe final. Luego, viene la grabación, en tiempo real y simultáneamente. Es decir, se está grabando un disco mientras se ve en directo lo que está pasando”.
Tipos de ecografías
- Ecotomografía convencional en 2D: se puede realizar por vía abdominal o transvaginal, dependiendo de la edad gestacional o bien de lo que se desee observar. La visión es superior por vía transvaginal al inicio del embarazo y hasta las 11 semanas, como también es necesaria esta vía en embarazos mayores en que se desea medir el cuello uterino u observar algún detalle anatómico.
- Ecotomografía Doppler color: es el examen de ultrasonido convencional al cual se le asocia la evaluación de la circulación sanguínea materna y fetal. Permite evaluar la función de la placenta y puede estimar el aporte de oxígeno y nutrientes que llega al feto desde la circulación materna.
- Ecotomografías en 3 y 4 dimensiones: es el examen de última tecnología que permite visualizar al bebé claramente, observando su forma, volumen y generando imágenes corporales o de segmentos (caras o extremidades) de alta nitidez y resolución.
“Las imágenes tridimensionales contribuyen desde el punto de vista social. Lo que realmente aporta información sobre el crecimiento fetal es lo que se hace con la ecografía tradicional, que es la imagen en blanco y negro, en 2D”, agrega el ecografista.
¿Qué se puede detectar con una ecografía?
En un principio, la ecografía permite
confirmar el embarazo, su ubicación, edad gestacional, número de embriones y normalidad. “Con la ayuda de la Doppler color también podemos escuchar el latido cardíaco embrionario y descartar algunas anomalías, como un
embarazo tubario, por ejemplo”, agrega el doctor.
Entre las
11 y 14 semanas de embarazo también se realiza otra ecografía. Aquí, se evalúa la anatomía fetal. “Acá podemos evaluar marcadores genéticos ecográficos que expresan la eventualidad de un niño con Síndrome de Down. Además de evaluar el riesgo de desarrollar hipertensión durante el embarazo (
Preeclampsia), lo que nos permite realizar un tratamiento en forma preventiva para disminuir los riesgos de esta enfermedad”, indica el doctor Cabrera. En algunos casos, aquí se puede aproximar el sexo de la guagua, el que se confirma posterior al quinto mes.
La anatomía fetal y la irrigación uterina placentaria se revisan en un tercer examen, el que se concreta entre las
semanas 22 y 26 de gestación. “Aquí podemos evaluar toda la anatomía fetal y el desarrollo correcto de sus órganos, junto con su crecimiento, es esta la ecografía que puede descubrir las malformaciones fetales, también es uno de los mejores momentos para obtener imágenes tridimensionales”, explica el especialista.
Por último, entre la
semana 32 y 34, en el momento en que las mamás salen de prenatal, es necesaria otra ecografía para revisar el crecimiento, talla y vitalidad de la guagua, además de verificar la proyección de peso al término del embarazo.