¿Tienes más de 30 años y estás pensando en quedar embarazada de tu primer hijo o hija? Te invitamos a leer esta muy interesante nota.
En los últimos 20 años en Chile –y en el mundo, especialmente en países desarrollados-
las madres han postergado la maternidad en pro de otros planes de vida y en consecuencia ha aumentado la edad de embarazo por sobre los 30 años.
“En Clínica Las Condes vemos que la mayoría de las veces se trata de madres sobre los 30, 35 o incluso 40 años”, comenta el
Dr. Andrés Pons, Ginecólogo de Clínica Las Condes.
La
edad es un factor que efectivamente aumenta el riesgo de algunas enfermedades del embarazo, entre ellas, las
alteraciones genéticas y las malformaciones.
Por eso en las consultas se ve mucha preocupación y aprehensión por este tema, pero siendo realistas y para tranquilidad de los padres, es importante aclarar que la
probabilidad de tener una malformación es del orden de entre 1% al 2% y en cuanto a Síndrome de Down también del orden del 1%.
Por tanto, saber que hay un 97% de posibilidades de que todo esté en orden, debe ser la premisa.
¿Cómo podemos disminuir o controlar los riesgos de malformaciones?
Hay algunas malformaciones que se pueden prevenir; las más conocidas son las malformaciones de columna y del cerebro. Por ejemplo el cierre inadecuado de la columna produce
espina bífida y esa patología del sistema nervioso central puede ser prevenida tomando
ácido fólico en las primeras etapas del embarazo, pues se asocia precisamente un déficit de este elemento.
Por eso, a todas las
mujeres que se embarazan, se les indica ácido fólico en los primeros tres meses de embarazo.
El resto de las malformaciones no tienen un mecanismo tan fácil de prevención, pero por ejemplo, para
malformaciones cardíacas, que corresponden más o menos al 1% de los embarazos, cuando la madre o el padre cuentan con antecedentes de malformaciones cardíacas, se pone un cuidado especial para detectar precozmente la malformación mediante ecografía y lograr
un maneja adecuado.
Las primeras ecografías son claves en la detección de problemas genéticos
algunos problemas genéticos como el síndrome de Down y también evaluar la presencia de algunas malformaciones mayores. A esas alturas el feto mide sólo 6 a 8 cms. por lo que hay órganos que aún no se pueden ver con detalle, pero hay otros órganos que sí se puede evaluar a esa altura y estar tranquilos.
“Por ejemplo, se ve si el cráneo está bien cerrado, si existen las cuatro extremidades, si el corazón tiene las cuatro cavidades que debe tener, o si no hay problemas en el cierre del abdomen”, dice el doctor.
La siguiente ecografía importante es alrededor del quinto mes y en ella se vuelve a revisar toda la anatomía. Permite evaluar la presencia de malformaciones mucho más sutiles o pequeñas, como soplos pequeños al corazón, que las manos tengan todos sus dedos,
labio leporino y pequeñas alteraciones del sistema nervioso o a veces no tan pequeñas como la
hidrocefalia.
Atención, prevención y control, pero sobre todo: tranquilidad.
También hay que saber que algunas
enfermedades de la madre aumentan el riesgo de malformaciones, como por ejemplo la diabetes y sobre todo la diabetes mal controlada, Por eso, en las primeras semanas de embarazo se pide una serie de exámenes a la madre para determinar alguna de estas enfermedades que pueden afectar a la guagua, Si se detectan y se manejan bien, disminuyen los riesgos en esa etapa.
Tomando todas esas precauciones, es muy poco probable que haya problemas que no se puedan detectar.