Existen casos de mujeres que presentan anomalías menores en la vía urinaria que no les afecta en su vida diaria, pero sí durante la gestación, presentado infecciones reiteradas durante este periodo.
Existen situaciones anatómicas y funcionales que favorecen la
infección urinaria en la mujer, a lo que se suman los cambios propios del embarazo generados por las hormonas de la placenta que afectan directamente en el
pH y composición de la orina, además del
uréter y vejiga.
“En el embarazo hay una menor actividad del sistema inmune en la mucosa local, a esto se suma la compresión del útero grávido sobre la vía urinaria, dando pie a fenómenos como el reflujo vesico-ureteral (orina refluye desde la vejiga a los riñones) y residuo post-mixional (orina residual en la vejiga después de orinar)”, explica el
doctor Sergio De La Fuente, ginecólogo obstetra de Clínica Las Condes.
Síntomas y tipos de infecciones
Durante el
periodo gestacional, pueden presentarse
dos tipos de infecciones:
Es denominada como la clásica
“cistitis” o infección a la vejiga. Los síntomas característicos son molestias o ardor al terminar de orinar. También se producen las “ganas” de ir al baño, sin embargo, al ir sólo eliminan pequeñas cantidades, muchas veces turbia, con tinte sanguíneo o de mal olor.
- Infección urinaria baja asintomática:
No se presentan molestias al orinar, pero requieren antibióticos ya que entre un 30% y un 50% pueden progresar a pielonefritis.
Se produce cuando los gérmenes han alcanzado al riñón y se clasifica como pielonefritis aguda. Este cuadro es más grave y suele provocar fiebre alta, malestar general, y puede causar daño renal y sepsis.
¿Cómo se tratan las infecciones urinarias en embarazadas?
El tratamiento se realiza con antibióticos de bajo riesgo para el embarazo, habitualmente son derivados de la
Penincilina, como la
Ampicilina o las
Cefalosporinas como el
cefadroxilo y otros germicidas de la vía urinaria como la
Nitrofuratiuna.
“Estas drogas están clasificadas por la Food and Drug Administration (FDA) de Estados Unidos en categoría “B”. Esto quiere decir que se han hecho estudios controlados en animales y no reportan riesgo ni efectos adversos en el feto”, agrega el doctor De La Fuente.
La importancia de la prevención
Para evitar contraer estos gérmenes que producen las infecciones urinarias es recomendable:
- Buen aseo diario de la zona genital:
Es fundamental, ya que una mala limpieza aumenta la probabilidad de bacterias que podrían penetrar la vagina.
- Evitar retener orina por periodos prolongados:
La vejiga se defiende mal de los microorganismos cuando está llena.
- Beber agua en abundancia:
Al aumentar la ingesta de líquidos, aumenta el número de veces que vas al baño. Por lo tanto, incrementa la eliminación de toxinas.
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- Limpiar el área genital antes y después de tener relaciones sexuales:
Recuerda consultar con tu doctor ante cualquier síntoma de molestia que presentes, así podrás acceder al tratamiento adecuado tempranamente y evitar cualquier problema durante tu embarazo.