La inseminación artificial tiene buenos resultados cuando las causas de infertilidad son leves o moderadas.
Los
problemas de infertilidad en las mujeres han existido desde siempre y cuenta la historia que antes del 1800 el médico británico John Hunter realizó la primera inseminación artificial humana del mundo. Pero
¿qué es la inseminación artificial? El
doctor Rodrigo Enríquez, ginecólogo obstetra de Clínica Las Condes y especialista en
medicina reproductiva, explica que en este procedimiento el objetivo es acercar el gameto masculino (espermatozoide) al óvulo, pero de manera artificial.
“La
inseminación es una técnica convencional que mediante un catéter plástico coloca los espermatozoides directamente adentro del útero para que un número mayor de ellos alcance el árbol genital superior, más que los que logran llegar con la actividad sexual”, dice el especialista. Así, al haber más espermatozoides, aumenta la probabilidad de concepción espontánea.
Esta técnica se utiliza en pacientes que suelen tener causas leves a moderadas de
infertilidad conyugal y al menos una trompa de Falopio desmostrablemente permeable. En otras palabras, se indica en parejas con poco tiempo de infertilidad, cuando el factor masculino de infertilidad es de leve a moderado, infertilidad de causa inexplicada de corta duración, factor coital de infertilidad, entre otros.
“Esta técnica no tiene buenos resultados en edades reproductiva avanzada, infertilidad de larga duración, daño anatómico de las trompas, mujeres con reserva ovárica baja y factor masculino severo”, aclara el doctor Enríquez.
¿Cómo se hace una inseminación artificial?
Para realizar una
inseminación artificial, se debe realizar un seguimiento ecográfico seriado, con o sin estimulación de la ovulación (entre dos y tres folículos), para efectuar la colocación de los espermatozoides y que coincida con la ovulación femenina.
“Cuando este examen muestre que la mujer está en su
período fértil, el hombre emitirá una muestra seminal. Esta se procesa en el laboratorio a fin de extraer aquellos espermatozoides mótiles, se extraen y se aumenta su capacidad de nado con diferentes técnicas. La muestra mejorada, se pone después dentro de la cavidad uterina. El procedimiento es ambulatorio y generalmente indoloro”, señala el ginecoobstetra.
Con esta técnica, las tasas de embarazo en estas parejas infértiles suelen ser moderadas con rangos que van del 10-20% por intento y una tasa acumulativa de 3 a4 intentos de 30 a 40%.
“En los últimos años el
procedimiento se ha optimizado por mejores técnicas de procesamiento y capacitación espermática y por el desarrollo de catéteres de transferencia más ergonómicos que permiten eficiencia y comodidad a la paciente”, insiste el doctor Enríquez.