Desde 1970 a la fecha se han introducido varias modificaciones. En la actualidad, partos menos medicalizados y más apego son la tendencia.
Es común que, al recordar cómo eran los
partos en antaño, se escuchen complicaciones, o que las mujeres no contaron con toda la información respecto del procedimiento que se realizaría para que ese hijo naciera.
El doctor
Pedro Daza, jefe del Departamento de Ginecología y Obstetricia de Clínica Las Condes , señala que, si se compara un
parto de 1970 con uno actual, existen muchos cambios. “En estos casi 50 años, ha habido un
cambio cultural enorme. La medicina también cambió, pasó de ser una medicina paternalista a una medicina en la que los pacientes tienen autonomía, son más activos y participativos. Hoy las mujeres participan activamente del parto, es una experiencia en la que se expresan y dicen qué quieren.
La tendencia actualmente busca evitar la sobremedicalización del parto, alejarse de inducción de este proceso y convertirlo en uno en que los médicos acompañen el proceso desde su conocimiento y experiencia, pero no que lo ordene ni haga la pauta.”, dice.
Es que según el doctor Daza, las mujeres que son madres hoy quieren vivir una experiencia de parto y, por lo tanto, existen muchos tipos. “Algunas mujeres quieren tener un
parto natural, pero cuando llega el dolor no logran soportarlo y piden ayuda, otras sí lo hacen. Algunas buscan un
ambiente de más protección. Lo importante es que hoy está el espacio para que la paciente, en su autonomía, pueda decir qué experiencia quiere vivir”, indica.
Otro cambio importante que han tenido los partos tiene que ver con la incorporación del padre antes, durante y después de dar a luz. “El parto hoy es de pareja. El
hombre se involucra en el parto y eso es algo que cruza todas las clases sociales. Los padres hoy son más participativos, con un rol de contención y eso también contribuye a humanizar el parto”, dice el especialista
Partos: menos medicalización y más apego
Hace cuatro años, Clínica Las Condes inició una modalidad de
atención de parto en la que el profesional de salud interviene lo menos posible, sólo cuando la madre lo pide, o cuando se está frente a una emergencia.
El doctor Pedro Daza explica que la Ley de Derechos y Deberes del paciente generó también un cambio cultural, que se suma a la visión paternalista del médico en relación a sus pacientes. En el caso específicos de la medicina gineco obstétrica, la relación ya no es vertical, sino más de apoyo, siempre con una concepción más humana, escuchando lo que la paciente quiere y necesita.
En el caso del
parto natural, se busca evitar la
sobremedicalización. “No hay anestesia, hay una preparación de la paciente para que el parto sea una experiencia muy natural, sin inducción, sin exámenes. Se hizo un protocolo clínico. Son partos muy largos, pero muy bonitos, en los que la mujer elige la posición que ella quiere para dar a luz y en los que casi no hay
episotomía”, indica el especialista.
El
apego es una de las situaciones que se fomenta en la maternidad de Clínica Las Condes. Tras el parto, y cuando la situación lo permite, la guagua nunca está separada de su mama. “Son apenas unos minutos en que ambos están separados, mientras el pediatra revisa al recién nacido, pero lo hace en una cuna al lado de la madre. Ambos se van juntos a la habitación y no se separan más”, dice el doctor Daza.
Incluso en los
partos que son cesáreas, se busca que madre e hijo continúen unidos tras el nacimiento.