El impacto de la esclerosis múltiple en la calidad de vida
27 de junio, 2017
·Tratamiento y Recuperación
Puede ser limitante, pero con tratamiento es posible llevar una rutina normal.
La esclerosis múltiple, enfermedad inflamatoria del cerebro y la médula espinal, que llevan al organismo a atacarse a sí mismo, es una patología crónica y autoinmune.
La enfermedad afecta principalmente a pacientes jóvenes, que están estudiando o comenzando su vida laboral o familiar, y si no se recibe un tratamiento adecuado puede causar un impacto importante no sólo en la calidad de vida, sino en los planes de vida del afectado.
“Es una enfermedad grave. Sin embargo, si uno ve el otro lado de la moneda, pacientes que han tenido acceso a todos los tratamientos y que llevan 25 años de enfermedad, están trabajando y bien”, dice la doctora Giesela Hornung Cattan, neuróloga de Clínica Las Condes. Eso es lo que se busca, agrega: “que la enfermedad entre en remisión, que no haya aumento en el compromiso físico del paciente ni lesiones visibles en una resonancia, que no haya progreso de la enfermedad”.
Existe una variedad de medicamentos que permiten controlar la enfermedad y contribuyen a que el paciente pueda llevar una vida normal. Lo fundamental es dar con el tratamiento ideal para cada paciente, lo que significa abordar la esclerosis múltiple personalizadamente, pues debido a la diversidad de síntomas, su evolución es distinta en cada persona.
Hoy, la patología está cubierta por GES, que cubre dos tipos de medicamentos de uso inicial, y por la ley Ricarte Soto, que cubre otros dos fármacos para enfermedades intermedias o avanzadas. “Sin embargo, no todos los pacientes caen en la indicación de estos fármacos que ofrece el sistema en la actualidad, porque para cada paciente hay uno específico. No es que uno sea malo o el otro mejor, o que el de última generación sea el que deberían tener todos los pacientes, sino que, según las características individuales, como sexo, edad y reacciones adversas, tiene indicaciones de un fármaco específico con el cual puede estar muchos años y que existe la posibilidad que requiera cambiarlo con el paso del tiempo”, enfatiza la especialista.
“La tecnología avanza mucho más rápido ofreciendo tratamientos que son mejores, más efectivos y cómodos de usar, a los cuales los pacientes no tienen ahora acceso”, señala la doctora Hornung.