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Oftalmopediatría

14 de julio, 2019 Tratamiento y Recuperación
Si los padres no ven ninguna anomalía, la primera visita al oftalmólogo se recomienda a los 4 años. De esta forma, se puede detectar cualquier problema de visión antes de que comiencen el período escolar.

Por lo general, los niños son derivados por los pediatras, sin embargo, es importante que los padres consulten ante cualquier signo como:
 
  • Frotarse los ojos constantemente.
  • Enrojecimiento o lagrimeo crónico.
  • Indica que no puede ver bien, que ve borroso, o no puede distinguir fácilmente lo que se escribe en la pizarra.
  •  Confunde letras o los signos, mezcla las silabas al leer, se salta líneas o frunce las cejas para enfocar mejor.
  • Desvía un ojo y/o se queja de visión doble.
  • Estrabismo o bizquera, hacia afuera o hacia adentro.
  • Se tapa un ojo o guiña ocasionalmente para poder ver mejor.
  • Fatiga o irritabilidad después de una tarea de cerca.
  • Su pupila es blanca en vez de negra.
  • Sensibilidad extrema a la luz.
  • Se acerca mucho a un libro, TV o celular.
  • Dolor de cabeza o mareos después de hacer una tarea.
 
 

Control visual de los niños

 
 
Si bien, muchos son pacientes que no presentan problemas de visión, es importante realizar este chequeo para ver cómo ve cada ojo por separado. De esta forma, se puede descartar:
 
  • Ambioplía u ojo perezoso
  • Estrabismo: alineación incorrecta de los ojos
  • Errores de refracción como miopía, hipermetropía o astigmatismo
  • Degeneración de la retina
  • Retinoblastoma: tumor maligno que suele aparecer en los primeros años de vida
  • Problemas de visión propio de niños prematuros como la catarata congénita
  • Enfermedades genéticas o antecedentes de los padres
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