La uveítis es la inflamación de la capa media del ojo que, de no tratarse, puede causar daño al sistema visual y, por consecuencia, la pérdida de la visión. Conoce en qué consiste.
La uveítis corresponde a la inflamación de la capa intermedia del ojo, que está situada entre la esclera por fuera y la retina por dentro.
Según el
doctor Pablo Sabat , oftalmólogo de Clínica Las Condes, las causas de la uveítis pueden resumirse en 3 grandes grupos:
- Infecciosas: producida por virus, bacterias, entre otros.
- Autoinmunes o autoinflamatorias: esto ocurre cuando nuestro propio sistema inmunológico reacciona incorrectamente contra tejidos propios.
- Idiopáticas: cuando no se encuentran las causas que expliquen la inflamación.
Síntomas de la uveítis
Los síntomas más frecuentes incluyen
ojo rojo, dolor, fotofobia (dolor ocular con la luz)
y baja de visión. “Sin embargo, en algunos casos puede ser completamente asintomática, como es el caso de la uveítis asociada a la artritis juvenil idiopática”, explica el doctor Sabat.
Por otro lado, el especialista explica que la uveítis puede presentarse en la parte anterior, intermedia o posterior. “
Pero la más común es la anterior. Es decir, cuando la inflamación está en la parte de adelante del ojo, pudiendo pasar a cualquier edad”, dice.
Diagnóstico y tratamiento
El
diagnóstico de uveítis se hace mediante el examen físico realizado por el médico oftalmólogo. No obstante, para la búsqueda de la causa de la uveítis y evaluación de alguna de sus complicaciones, pueden ser necesario realizar algunos exámenes.
En el caso del
tratamiento, dependerá del nivel de inflamación, visión, presencia de complicaciones y asociación a enfermedades sistémicas. “También se debe considerar la edad del paciente y patologías concomitantes”, agrega el especialista.
Las
uveítis más leves pueden ser tratadas con colirio de corticoides, pero algunos casos más severos pueden requerir además el uso de corticoides por vía sistémica, inyecciones oculares de corticoides, e incluso tratamiento inmunosupresor.
El tiempo de recuperación es variable. Mientras algunas pueden mejorar en unos pocos días, algunas se pueden extender durante varios meses, por eso es importante darle un seguimiento adecuado, para una óptima recuperación.