Cirugía es relativamente sencilla, pero requiere de algunos cuidados postoperatorios.
El
doctor Ernesto Ried, otorrinolaringólogo de Clínica Las Condes, señala que hay varias indicaciones para la extracción de este tejido linfático, algunas de ellas categóricas y otras más relativas. ¿Cuándo hacer una
amigdalectomía? Aquí te lo contamos:
“Lo más común es la indicación ante cuadros de
amigdalitis a repetición, esto es cuatro a cinco infecciones en un año. Si son cuadros no tan frecuentes, pero se repiten a lo largo de los años, también se indica la extracción”, dice el especialista.
Si producto de una complicación por amigdalitis se generó un absceso o pacientes con amigdalitis que ya han tenido absceso, también se recomienda operar.
“Por otro lado, una indicación bastante común de cirugía en niños es la hipertrofia o amígdalas grandes. Este tejido de gran tamaño está asociado a trastornos del sueño, apnea o alteraciones dentales”, indica el doctor Ried.
Antes de la cirugía, se indican exámenes sanguíneos de rutina como hemograma y perfil bioquímico, pero como existe un riesgo de sangramiento, también se incluyen pruebas de coagulación.
Amigdalectomía
La
cirugía se realiza a través de la boca mientras el paciente está bajo anestesia general. “Una vez que está intubado y dormido, se toman las amígdalas con pinzas, se traccionan y se cortan. Para extirparlas hay diferentes métodos: se puede utilizar bisturí, tijeras, un pequeño lazo de acero, o también hay técnicas más modernas que aspiran y cortan a la vez (con radiofrecuencia) y también se pueden hacer vaporizaciones con láser. Todo depende del diagnóstico y la razón por la que se sacan y el estado del tejido”, explica el especialista
Es habitual que cuando se trata de una amigdalectomía debido al gran tamaño, se realice al mismo tiempo la
extracción de adenoides. Son tejidos estructuralmente similares, comenta el doctor Ried. Ambos son tejidos linfáticos: los adenoides están en la parte de atrás de la nariz (rinofaringe) y las amígdalas palatinas en la garganta.
Más atrás de la lengua hay otro gran tejido que se llama amígdala lingual. “Todos estos tejidos tienen la misma función. Ayudar a la presentación de los antígenos al sistema inmune”, dice el otorrino. Por esta razón,
sin amígdalas linguales, esa presentación la hacen otros tejidos linfáticos que están dispersos por la garganta, por lo que, si se sacan,
una persona no queda sin defensas, como se solía decir hace años.
Cuidados después de una extracción de amígdalas
Las principales recomendaciones incluyen una
dieta fría y líquida los primeros dos o tres días. Esto incluye jugos, helados, jaleas, papillas de fruta, yogurt.
Los siguientes tres o cuatro días, se pueden ir incorporando nuevos alimentos, pero de preferencias blandos para que al tragar no irrite ni dañe la zona que fue intervenida. “En total, es casi una semana de cuidado en la dieta”, indica el especialista.
También se debe
evitar la actividad física vigorosa durante las siguientes dos o tres semanas postcirugía. “Lo que se busca es evitar el sangramiento. Si se hace mucho ejercicio físico, aumenta la presión sanguínea y este aumento en el volumen de la sangre puede hacer que una pequeña vena recién cauterizada en la zona donde estaba la amígdala pueda sangrar”, recalca el otorrinolaringólogo.
Adultos y niños tienen los mismos riesgos tras la extirpación. La diferencia está en que los
adultos probablemente sientan
más dolor después de la cirugía y sangren un poco más porque al sufrir más cuadros de amigdalitis, el tejido está más dañado y hace el proceso un poco más difícil.