Hoy está bien definido cuándo se debe operar y no debe ser usado como tratamiento preventivo de amigdalitis.
La
cirugía de amígdalas es la
más frecuente en niños de entre dos y cinco años, aunque después de esa edad sigue siendo muy usual, tanto que los médicos están preocupados de que no se produzca un sobrediagnóstico o casos en que la cirugía no es prioritaria.
El doctor
Luis Cabezas, otorrinolaringólogo de Clínica Las Condes, advierte que se trata de una cirugía que todavía depende mucho del criterio de los médicos, por lo que algunos lo pueden sobrediagnosticar. No obstante, el tema ha sido revisado entre los especialistas y hoy está bien claro cuándo hay que operar.
“Uno es el caso de las
amigdalitis agudas a repetición y otro muy importante es cuando el tamaño de las
amígdalas es muy grande y produce problemas para tragar, y también para respirar, como las apneas”, agrega.
En el caso de la
apnea es cuando se puede producir un
sobrediagnóstico, por lo que para que la evaluación sea más precisa se realiza un examen llamado polisomnografía, que analiza en detalle la calidad del sueño, aunque se hace muy poco en los niños.
Cuando el especialista recomienda una cirugía esta debe hacerse cuando niños, pues en los mayores pueden producir abscesos (acumulación de pus), lo que se ve con más frecuencia en los adolescentes.
De acuerdo al doctor Cabezas, la técnica para operar no ha tenido grandes variaciones. “Se pueden sacar con bisturí y pinzas, conocida como técnica 'fría'; o se cauteriza con bisturí, llamada técnica 'caliente'", dice.
Lo más reciente es el uso de
ultrasonido o radiofrecuencia, que corta y coagula tejidos, y se usa para reducir las amígdalas de tamaño, sin sacarlas por completo.
La cirugía dura entre 25 y 40 minutos, con muy pocas complicaciones, siendo la más importante el sangrado (3% de los casos). El alta se da el mismo día o al día siguiente.