Duran de 6-7 días y posteriormente desaparecen, pero pueden volverse crónicas.
Frente a las orejas y bajo las mejillas se encuentran las
glándulas salivales, encargadas de producir la saliva que se vierte en la cavidad bucal, por distintas causas -entre ellas virus o infecciones- pueden inflamarse producto de la retención de saliva, formando cálculos salivales (sialoadenitis).
Suelen producirse desde los 30 y hasta los 50 años, aunque incluso pueden aparecer en niños. De acuerdo al doctor
Gonzalo Nazar, otorrinolaringólogo de Clínica Las Condes, “se empieza retener la saliva que se produce y la gente se infla como globo. Es bien impresionante, porque ocurre en cosa de minutos”, sostiene.
El especialista explica que se pueden formar verdaderas piedras. “Tal como tenemos posibilidad de formar
cálculos en los riñones, también se pueden formar en las glándulas salivales”, dice.
El cálculo salival (sialolito) se encuentra insertado en el conducto de salida de la glándula salival, en esa saliva acumulada pueden multiplicarse las bacterias y virus y causar una inflamación. Un cálculo salival puede desarrollarse en principio en cualquier glándula salival.
"Por distintas causas las glándulas salivales se pueden inflamar, ya sea por un virus o por una infección. Otra razón es que el conductor de drenaje de esas glándulas esté obstruido”, explica.
Paperas y tuberculosis, por ejemplo, también pueden estar entre las causas.
Para tratar la sialoadenitis, por lo general, se recomienda estimular la producción de saliva, comiendo dulces sin azúcar, chicles o bebidas, por ejemplo, para limpiar las glándulas salivales con el mayor flujo salival, y así poder expulsar cálculos menores. El tratamiento incluye analgésicos y antiinflamatorios, además de antibióticos contra las bacterias patógenas. Si no da resultados positivos, es posible recurrir a una cirugía.