La fiebre sobre 39° es motivo de consulta urgente, por lo que es bueno saber cuál es el método de medición más certero.
La fiebre es el resultado de un cambio en nuestro termostato interno -ubicado en el área preóptica del hipotálamo anterior- como respuesta a ciertas sustancias externas (como microorganismos infectantes) o endógenas, producidas en el curso de enfermedades autoinmunes, neoplásicas u otros procesos patológicos que causan inflamación, por ejemplo. Es parte importante de las defensas del cuerpo contra la infección.
Si bien el termómetro de vidrio con mercurio es un método confiable para saber la temperatura del paciente, hay otras opciones, sobre todo, para los niños, que es necesario tomar en cuenta.
El
doctor Selim Abara, pediatra-broncopulmonar de Clínica Las Condes, señala que ese tipo de termómetros presenta el riesgo de ruptura y exposición a la toxicidad del mercurio. “
Las alternativas aconsejables son los digitales que se pueden ubicar en las axilas, región inguinal o boca, aunque en niños pequeños es más confiable el uso vía rectal ya que es más difícil mantenerlos en buena posición en las axilas o en la boca”, sostiene.
Otra alternativa son los termómetros electrónicos de uso ótico, los que bien utilizados son confiables, “sin embargo, si no está bien dirigido, su medición puede no ser fidedigna”, advierte el doctor. Los termómetros de tira plástica, que cambian de color según la temperatura, son los menos confiables, indica.
En casos de fiebre, ¿cuándo consultar?
Cuando el termómetro marca sobre los 39° se considera fiebre alta, y cuando en los niños, aún después de administrar un medicamento para la fiebre (antipirético), se reproduce rápido y sigue el decaimiento, con rechazo a los alimentos, u otros síntomas, como respiración dificultosa, manchas en la piel, vómitos reiterados, convulsiones o compromiso de conciencia, debe ser motivo de consulta urgente.
Lo mismo si un recién nacido presenta fiebre de cualquier magnitud, dice el
doctor Selim Abara. “Si la fiebre no es tan elevada, pero se prolonga por varios días, también requiere una consulta médica”, agrega.
¿Qué medidas se puede hacer mientras? Si un niño presenta una temperatura alta,
junto a las medidas farmacológicas se deben aplicar medidas físicas, como desabrigarlo, si la fiebre es muy elevada (sobre 39º-39,5º) aplicar compresas húmedas o bien darle un baño de tina con agua tibia.
De acuerdo al doctor Abara,
sobre los 38- 38,5° deben administrarse medicamentos, o aún con temperaturas inferiores si se trata de pacientes con riesgo cierto de convulsiones febriles.