¿Por qué evitamos el silencio?

Momentos de silencio abren espacio a la reflexión.

Nos subimos al auto y encendemos la radio, llegamos a casa y encendemos el televisor. Música en el supermercado, en el mall… siempre estamos rodeados de distintos ruidos que limitan un momento de silencio.
 
Según la psicóloga de Clínica Las Condes, Daniela Toro, el silencio es un bien escaso y  constituye una capacidad bastante olvidada y muchas veces temida por las personas. “vivimos rodeados de ruidos de diversa índole. Ruidos propios de la ciudad, en la oficina, la calle, los autos, conversaciones. Corremos de un lado a otro sin parar.
 
Por otro lado, estamos llenos de ruidos internos; de lo que debemos hacer, de preocupaciones, mandatos, estados de estrés que finalmente nos terminan dificultando o impidiendo escucharnos a nosotros mismos.
 
Hay momentos en que incluso evitamos esos espacios de silencio buscando activamente salir de él, como cuando prendemos la televisión para dormir o cuando frente a un silencio en una conversación, nos ponemos a rellenar para evitar que éste se produzca por resultarnos incómodo entrar en un espacio más íntimo y auténtico.
 
“Hay personas que con mayor o menor conciencia evitan parar y encontrarse con un espacio de calma, de silencio. Un espacio donde la noción del tiempo tiende a desaparecer”, dice la especialista.
 
¿Por qué se evita el silencio? “En general, se evita un momento de verdadera intimidad por no saber cómo abordarla ni qué hacer con el silencio”, indica la psicóloga. Se evita porque muchas veces resulta incómodo o difícil el saber lidiar con lo que del silencio surge (algún temor presente o recuerdo pasado, alguna sensación difícil). Resulta difícil no el silencio en sí mismo sino aquello con que nos confronta.
 
Pero el silencio nos permite ser y estar en el momento, nos abre un espacio de reflexión o simplemente existencia pura.  Nos permite un espacio de diálogo sincero con uno mismo.
 
Beneficios de desconectarse y estar en silencio:
 

• Tener momentos de silencio aporta a nuestra salud psíquica ya que nos permite bajar el ritmo cotidiano de la vida y abrir un espacio reflexivo acerca de nosotros mismos.
• Disfrutar del silencio se relaciona con ser capaz de estar en armonía con uno mismo, sentirse en paz y en un estado de calma.
• Cuando estamos solos en contacto con lo que nos sucede, lo que sentimos y necesitamos, surge la reflexión.
• Aporta tranquilidad serenidad y permite reponer energía.
• Nos ayuda a conocernos mejor y abrir un espacio creativo.
• Nos sentimos mejor cuando logramos aquietar la mente y abstraernos un momento de la vorágine y el ruido