Tumores, trasplantes, complicaciones de pancreatitis están entre las posibilidades.
La
cirugía es una opción que suele causar temor en los pacientes, pues siempre implica un riesgo, aunque para muchas condiciones es el tratamiento definitivo.
En el caso de las patologías que afectan al
páncreas - glándula ubicada en el abdomen, cuyas funciones exocrina y endocrina, se encargan de producir enzimas que ayudan a la digestión, la primera, y producir hormonas o sustancias que influyen en distintas partes del organismo, la segunda-, la principal indicación de cirugía está relacionada con los tumores, que en su mayoría son malignos.
“Estos
tumores deben ser estudiados en forma exhaustiva de manera de determinar el tipo de tumor, su extensión a órganos vecinos y metástasis a distancia. La evaluación de estos pacientes debe ser hecha por equipos multidisciplinarios que permitan el mejor manejo asociado de estos pacientes”, indica el doctor
Felipe Puelma, cirujano de Clínica Las Condes.
Además del cáncer, también tienen indicación quirúrgica algunas lesiones quísticas del páncreas que, por tamaño, ubicación, consistencia y otros parámetros, tienen mayor o menor riesgo de ser malignos o malignizarse con el tiempo y deben ser extirpados para prevenir la aparición o la extensión de una neoplasia maligna, agrega.
Complicaciones como la pancreatitis crónica, también puede requerir intervención, mientras el
trasplante de páncreas es una indicación cada vez más frecuente y puede ir asociada al trasplante de riñón, en pacientes con diabetes mellitus.
Cirugías hepáticas
En el caso de las cirugías hepáticas, en Chile, la más común es
extirpar la vesícula biliar, parte del hígado afectado por cálculos. El cáncer de la vesícula biliar, es el más frecuente en mujeres jóvenes en Chile, y también tiene indicación de cirugía. “La asociación de cálculos en la vesícula con esta patología maligna, hace que la presencia de cálculos en la vesícula sea una clara indicación de extirpar la vesícula con o sin síntomas”, señala.
Además de la
extirpación de la vesícula, la cirugía hepática de lesiones tumorales benignas y malignas es cada vez más frecuente, dice el cirujano, pues han mejorado las técnicas de diagnóstico, manejo mínimamente invasivo, apoyo perioperatorio y manejo multidisciplinario de lesiones que se consideraban intratables.
“Los cánceres originados en el hígado más frecuentes son el h
epatocarcinoma (habitualmente sobre un hígado con daño hepático crónico) y el
colangiocarcinoma, originado en las células de los conductos biliares. En ambos cánceres, la cirugía resectiva es la mejor posibilidad de curar la enfermedad”, indica.
Existen otros
tumores hepáticos primarios que deben ser evaluados caso a caso para definir si son de tratamiento quirúrgico u otros, tales como la hiperplasia nodular focal, adenomas, quistes simples, hamartomas y otros. “Las metástasis de otros cánceres en el hígado también pueden ser tratadas quirúrgicamente, pero su indicación más frecuente es cáncer de colon, neoplasias neuroendocrinas y otros. También en estos casos es importante el manejo oncológico multidisciplinario”, dice.
En Chile también es frecuente la cirugía por quiste hidatídico, una enfermedad parasitaria que se ubica con mayor frecuencia en el hígado, aunque puede ubicarse en cualquier órgano o tejido.
El doctor enfatiza que la única terapia que logra la mejoría de muchas enfermedades terminales del hígado es el trasplante hepático, en que el órgano a trasplantar puede provenir de un donante cadáver o vivo. “Esta cirugía compleja, debe hacerse en centros que estén acreditados y tengan la infraestructura y equipos capacitados para ello”, dice. Para saber si es necesario o no, se evalúa caso a caso.