Movimiento vertical puede atrapar alguna estructura y causar dolor.
El
pinzamiento de tobillo es un cuadro clínico frecuente en que los pacientes presentan dolor de tobillo al realizar actividad física, en particular cuando llevan el tobillo hacia arriba (pinzamiento anterior) o hacia abajo (pinzamiento posterior).
Los doctores del Centro de Pie y Tobillo explican que esto puede ocurrir porque existan
prominencias de hueso que impiden el movimiento normal (pinzamiento óseo) o por
cicatrices que se han formado dentro del tobillo y que se atrapan con el movimiento (pinzamiento blando). “Este cuadro es también conocido como el tobillo del atleta o del futbolista en el caso de los pinzamientos anteriores o tobillo de la bailarina de ballet en el caso de los posteriores”, recalcan los especialistas.
Se estima que entre un 20 a 40% de los pacientes que han sufrido un
esguince de tobillo siguen con dolor a los 6 meses de la torsión. Un tercio de ellos, tienen pinzamiento.
“Los
esguinces forman cicatrices dentro del tobillo que se atrapan con el movimiento. Este tejido se llama sinovial y esta normalmente en todos los tobillos. Cuando se lesiona y repara, muchas veces repara de un tamaño más grande que lo habitual y es atrapado con el movimiento”, dicen los traumatólogos.
Generalmente, el diagnóstico es clínico, pero ante la sospecha, se solicita una
resonancia magnética de tobillo. “Esto se realiza porque puede haber otras lesiones que se asemejen en sus síntomas o coexistan con el pinzamiento, como son las lesiones de ligamentos, tendones o cartílago y es necesario descartarlas”, insisten los doctores.
¿Cuál es el tratamiento habitual? Inicialmente se indica
kinesioterapia para aumentar la movilidad del tobillo, disminuir el dolor y aumentar la fuerza muscular, así como la propiocepción, es decir, la capacidad que tiene el organismo de darse cuenta en qué posición está el tobillo en el espacio y corregirla si es necesario.
“Si este tratamiento falla, generalmente se intenta
disminuir la inflamación de la articulación colocando un antiinflamatorio dentro del tobillo y se reanuda la kinesiterapia por otro periodo. Si todo lo anterior falla, y el paciente persiste con síntomas que le impiden realizar sus actividades habituales o deseadas es necesaria la intervención quirúrgica que se realiza mediante una artroscopia”, indican los doctores.
Este tipo de
cirugía es mínimamente invasiva. Se realizan dos incisiones de menos de 1 cm cada una y mediante una cámara, se eliminan tanto las cicatrices como las prominencias óseas.
No tratar este tipo de lesiones significa más dolor y menos actividad física. Por lo tanto, menos salud.