Enfermedad del desarrollo no tiene síntomas ni puede detectarse antes de nacer.
La
displasia de cadera,
enfermedad del desarrollo de la cadera o
enfermedad luxante de cadera es una alteración en la formación del cotilo o acetábulo, cavidad que se ubica en la pelvis y que recibe a la cabeza femoral (la bolita que está en la parte proximal del fémur).
Síntomas y causas
Su causa se desconoce, pero se sabe que tiene un componente hereditario, que es frecuente (1 de cada 500 recién nacidos vivos), y que es más prevalente en las niñas, explica el doctor
traumatólogo Enrique Cifuentes de Clínica Las Condes . “Se asocia a podálica, es decir, cuando la guaguita viene al revés (de nalgas) y en algún tiempo se asoció al uso de los ‘lulos’, es decir, cuando las mamás envolvían a los niños en el pañal”, indica.
La displasia de cadera no tiene síntomas en la infancia, por lo que es clave hacer la detección precozmente. “Evidentemente si existe una luxación de la cadera, la mamá se dará cuenta que tiene una
pierna más corta o hay
asimetría en los pliegues de las piernas. En todo caso, existen las luxaciones bilaterales que también se verán simétricas. Nunca hay dolor en la infancia”, dice el especialista.
Diagnóstico
No hay cómo prevenirlo ni diagnosticarlo intrauterinamente, por lo que se toma una
radiografía de pelvis a los 3 meses de vida para -si es que existe- iniciar un tratamiento precoz. “Si hay antecedentes familiares se indica una ecografía al mes de vida para su detección, sin embargo, debe ser realizada por un médico bien adiestrado para no cometer errores”, advierte.
Tratamiento
Si se pesquisa tempranamente, el tratamiento es usar
correas de Pavlik o un
cojín de Frejka que mantiene las piernas abducidas (abiertas), en algunos casos por varios meses. “En caso más severos pueden requerir de cirugías que van desde tenotomía de aductores y psoas y a esto se asocia yeso pelvipedio hasta osteotomías pelvianas, es decir cortes en el hueso para volver a darle cobertura a la ‘bolita’ la cabeza femoral”, explica.