En esta etapa de desconfinamiento gradual, muchos chilenos están regresando al trabajo presencial; por ello es fundamental reforzar medidas de protección como el uso de mascarilla. ¿Todas deben usarse de igual forma? ¿Tienen la misma vida útil? Conoce más aquí.
El doctor
Jorque Jorquera, broncopulmonar de Clínica Las Condes, asegura que “la peor mascarilla siempre es la que se usa mal, independiente del material”.
Explica que es esencial saber que “una vez que uno se coloca una mascarilla, la persona no debe tocarla, moverla ni sacársela hasta que llegue el momento del retiro; ahí hay que considerar que debe ser tomada de los elásticos o hilos que ayudan a sostenerla, nunca tocando la mascarilla misma”.
El especialista entrega a continuación algunos consejos para tener presente:
Mascarilla quirúrgica
En un día de trabajo
se deberían usar tres diferentes:
- Una para trasladarse de la casa al trabajo. Al llegar, se guarda en una bolsa de papel y se lavan las manos.
- Una vez en el trabajo, utilizar otra nueva y usarla hasta la hora de almuerzo, para luego lavarse las manos y desecharla en un lugar donde nadie vaya a sacarla y darle mal uso.
- Luego de comer, hay que ponerse una nueva hasta el final de la jornada laboral y desecharla (siempre con un lavado de manos antes y después de manipularla).
- Al regresar a la casa, puede usar la misma que se usó para el traslado de la mañana, pero hay que ser rigurosos en botarla una vez finalice el trayecto.
Escudo facial
No hay que olvidar que este elemento de protección personal sirve solamente como
complemento a la mascarilla. El doctor Jorquera afirma que su utilización no es del todo necesaria, añadiendo que no es útil si se utiliza sin mascarilla.
Mascarilla autofiltrante (N95)
Con una sola de estas mascarillas basta para
estar protegido del virus durante toda una jornada laboral, mientras se use correctamente. Se debe usar desde la salida de casa en la mañana y no sacársela hasta la hora de almuerzo. Ahí hay que lavarse las manos, sacársela, guardarla en una bolsa de papel u otro material absorbente, para que absorba la humedad de la respiración. Después de comer, hay que volvérsela a poner y no sacársela hasta regresar a la casa.
Estas mascarillas
pueden durar hasta 21 días y no se deben lavar, sino que guardar siempre en distintas bolsas. Es importante chequear constantemente si se ven sucias; en ese caso hay que botarlas.
Mascarilla de trompa
Este tipo de mascarillas tienen larga duración y son muy efectivas, necesitándose una sola para protegerse durante un día de trabajo.
Tienen filtros que duran hasta 3 meses y se pueden cambiar, por lo que su vida útil mayor.
“Si les dan una de estas en el trabajo, se puede usar solo estando en el lugar y dejarla ahí mismo guardada con nombre y la fecha en que se empezó a usar, para tener claro cuando sea la hora de cambiar el filtro”, aconseja el doctor Jorquera, advirtiendo que es necesario tener otra mascarilla para los traslados si es que esta se deja en la oficina o lugar de trabajo.
Mascarilla de tela
El uso de este tipo de mascarillas debe ser igual a la descrita para la quirúrgica: tener una para los traslados, otra para la primera parte de la jornada y una tercera para después almuerzo, sacándoselas y poniéndoselas siempre con las manos limpias. Al regresar a casa cada día
debe lavarse con agua caliente (60 a 80 °) y detergente para luego secarlas y poder volver a utilizarlas. En caso de deterioro de esta
debe ser desechada en un lugar seguro.
Mascarillas no recomendables
El broncopulmonar hace un llamado a tener
cuidado con todas las alternativas de mascarillas que se han puesto a la venta en este último tiempo. Actualmente se venden muchos tipos de mascarillas, por ello recomienda siempre optar por las sugeridas por expertos.
Especifica que las hecha de tela reutilizables que tienen sólo una o dos capas de género o las de goma eva, no están avaladas por estudios serios como elementos de protección efectivo.