Evitar ciertas conductas de riesgo te ayuda a disminuir la posibilidad de consumo.
Los últimos estudios realizados por el
Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (Senda) muestran que el
consumo de drogas sigue aumentando.
Según el duodécimo Estudio Nacional de Drogas en Población General encargado por Senda, el 14,5% de los encuestados consumió
marihuana, esto es casi 1,4 millones de personas. Es más, 298 mil de estas personas presentaron un consumo problemático.
Otros estudios anteriores del Senda señalan que el
consumo de alcohol se inicia entre los 13 y 17 años, y que entre el año 2015 y el 2016 hubo un aumento de un 11% de casos de consumo problemático de alcohol y drogas en la población infanto-adolescente.
Para el
doctor Elías Arab, psiquiatra infantil de Clínica Las Condes, el consumo de alcohol y drogas y las consecuencias que tienen, deben estar siempre presentes en las
conversaciones familiares.
“A los niños hay que enseñarles desde pequeños a discriminar entre la información verdadera y la falsa y que sepan cuáles son los reales riesgos y los efectos del consumo”
— Dr. Elias Arab
El riesgo de iniciar un consumo temprano puede ocurrir entre los adolescentes, sobre todo en una sociedad ultra exigente, estresante e hiperconectada.
Si queremos evitar esta posibilidad, como padres y adultos, debemos evitar ciertos hábitos que pueden ser peligrosos en los niños y adolescentes:
1.
Exceso de horas frente a la pantalla. Pasar mucho tiempo frente a las pantallas de teléfonos, televisión, computadores, tablets y cualquier otro dispositivo, está asociado a depresión, irritabilidad y déficit atencional, lo que puede conducir al consumo de drogas. A juicio del doctor Arab, éste es tal vez el principal factor de riesgo en los jóvenes y adolescentes. Si restringes el uso y tu hijo se desespera porque no puede acceder a ellas, se puede pensar que está teniendo un síndrome de abstinencia lo que claramente indica un abuso de pantallas.
2. Presencia de consumo de alcohol o drogas o fácil acceso a ellas. Si tienes dudas sobre el posible consumo de alcohol o drogas por parte de tu hijo o hija, es importante cuantificarlo a través de un alcotest o test de orina. Los consumidores de alcohol y drogas tienden a minimizar y normalizar el consumo, así como a mentir en relación a las dosis que ingieren.
3. Acceder a información falsa o tener baja percepción de riesgo del consumo. En las redes sociales y entre los propios jóvenes existe una serie de mitos e información errónea que buscan disminuir la percepción de riesgo de los jóvenes frente a las drogas. Sin embargo, el doctor Arab señala que “el cerebro no se termina de desarrollar hasta los 25 años, así que si un niño empieza a consumir marihuana a los 15 años, lo más probable es que a los 25 ya sea un adicto”, dice el especialista.