La primera adolescencia

Muchos padres se abruman cuando sus hijos entran en primera adolescencia (entre los 10 y 14 años) porque empiezan a reclamar su autonomía y experimentan con su imagen. ¿Cómo enfrentar esta etapa?


La mejor fórmula para llegar a acuerdos con los hijos es escuchar
Muchos padres se abruman cuando sus hijos entran en primera adolescencia (entre los 10 y 14 años) porque empiezan a reclamar su autonomía y experimentan con su imagen. ¿Cómo enfrentar esta etapa?

1. Mi hijo está todo el día en el chat
Hay que evaluar si ello está generando problemas en otras áreas: baja el rendimiento en el colegio, empieza a perder amigos o está más introvertido. En ese escenario habría que preocuparse. Sin embargo, si no presenta cambios, no hay que alarmarse y sólo se pueden negociar horarios para usar el computador, en caso de ser necesario. La clave es que dejes tiempo para hacer las tareas, compartir con los amigos y satisfacer otros intereses.

2. Mi hijo no tiene amigos
En la adolescencia los amigos son necesarios para tener un sentimiento de pertenencia, desarrollar identidad y diferenciarse de los padres. Si el adolescente está aislado, los padres debieran tratar de entender qué le pasa y, en base a eso, ayudarlo, o buscar asistencia profesional.

3. No me gusta un amigo de mi hijo
Antes de tomar cualquier medida, los padres debieran preguntarse por qué ese amigo no les gusta. Si no te gusta porque es diferente, son los padres los que están siendo intolerantes. Pero si se debe a que el amigo tiene alguna conducta de riesgo o ejerce una influencia negativa en el hijo, la preocupación es válida. La recomendación es negociar: tratar que el adolescente entienda la preocupación de sus papás.

4. Mi hijo tiene curiosidad de probar la marihuana y el alcohol
Si tu hijo llega con ese planteamiento, tienes una oportunidad que no se puede perder. Te la perderías si le dices: “por ningún motivo; te pillo y te desheredo”, ya que es probable que nunca más te cuente sobre ese tema. La recomendación es que antes de juzgar o prohibir, el papá escuche. El mensaje que debieran darle es de no consumir drogas y de retrasar lo más posible el consumo de alcohol.

5. Salidas de noche: ¿hasta qué hora le doy permiso?
Puede contribuir bastante que los apoderados de un mismo curso se pongan de acuerdo en las horas, porque así no hay diferencias de criterio. A medida que los hijos crecen, las salidas deberían ser progresivas en relación a la responsabilidad y al cumplimiento de los permisos.

6. ¿Lo voy a dejar y buscar a las fiestas o lo mando en radiotaxi?
Es importante que al principio, al menos, los papás los vayan a dejar y a buscar o se turnen con otros apoderados. Así se aseguran de que van a estar donde los dejaron y pueden ver cómo ellos y sus compañeros salen de los carretes. Esas impresiones se pierden si los hijos se movilizan en taxi.

7. Mi hijo quiere ponerse piercing
La clave es negociar, y depende de los criterios de cada familia. Cuando el hermano mayor tiene uno, es difícil que los padres se nieguen a que el menor lo haga. Pero si se trata de familias contrarias al piercing, tienen que entregar fundamentos, como los riesgos asociados o lo transgresor que puede ser para el colegio. También se pueden plantear edades para hacerlo. En caso de realizarlo, es importante que los padres lo asesoren en escoger con todas las condiciones necesarias para evitar riesgos que este procedimiento tiene.

Con la colaboración del Centro de Adolescentes y Jóvenes de Clínica Las Condes.
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