Anorexia: Niños y niñas también pueden sufrirla
16 de noviembre, 2016
·Niños
Trastorno alimentario en pre-púberes está aumentando. ¿Cuáles son los síntomas y señales de los más chicos de la casa?
Estudios científicos y la experiencia de los especialistas da cuente de un nuevo fenómeno en los trastornos alimenticios: la
anorexia está afectando cada vez más a niños más pequeños, hombres y mujeres. Ya no solo se trata de jóvenes adolescentes que se obsesionan contando calorías y controlan su ingesta para no subir de peso.
Hoy también afecta a niños de ocho y nueve años, a veces, incluso menos.
La
doctora Verónica Gaete, pediatra y jefa del
Centro de Adolescentes de Clínica Las Condes, indica que el “incremento de la anorexia a edades cada vez más menores está muy relacionado con una sociedad donde el exitismo es tremendo”.
Además, agrega que “en el caso de las adolescentes, como se ha ido adelgazando cada vez más el modelo de belleza, se trata de una flacura que la mayoría no puede alcanzar sin enfermarse, de una delgadez subnormal. Tanto es la influencia de este ideal, al que contribuyen importantemente la industria de la moda y la belleza, la publicidad, los medios de comunicación, las familias y amistades, que hoy la insatisfacción corporal es frecuente en niños y niñas ya desde los 5 o 6 años. Y va aumentando con la edad”, menciona la especialista.
Cuando se trata de niños más pequeños la anorexia va acompañada de más síntomas ansiosos, se angustian con mayor facilidad.
Hay varias razones por las que este trastorno alimentario puede surgir: cuestiones genéticas, apego inseguro, relaciones familiares y hasta internet.
La doctora Gaete, explica que
cuando se trata de niños pequeños, éstos
no expresan insatisfacción corporal ni dicen que quieren bajar de peso como ocurre con los jóvenes y adolescentes. “Pero esa
baja de peso les repercute mucho más en su organismo y les causa desequilibrios profundos: presión y frecuencia cardíaca bajas, baja temperatura del cuerpo. Igual como se vio en los testimonios”, dice.
Ante esta situación, son los adultos
padres y educadores los que tienen que estar atentos a los síntomas.