El cuidado óptimo del paciente post operado incluye el manejo del dolor. Sin embargo, y a pesar de un tratamiento analgésico “adecuado”, estudios a nivel mundial señalan que un porcentaje no despreciable de enfermos sufre de dolor moderado a severo.
Junto a la repercusión en el estado mental del individuo, se suman diferentes efectos fisiológicos que en ocasiones retardan o agravan la enfermedad de base.
El PDA nació en 1996 como respuesta a estas evidencias, dependiente del Departamento de Anestesiología de Clínica Las Condes.
Sus objetivos son otorgar una analgesia óptima al paciente postquirúrgico o a quien tenga un dolor agudo que no cede con una terapia analgésica convencional, en forma segura y evitando y/o manejando los efectos indeseados.
El PDA lo constituyen médicos anestesiólogos y enfermeras, quienes -a través de protocolos estandarizados de tratamientos y monitoreo- brindan una atención profesional todos los días del año.
El paciente ingresa al programa a solicitud de su médico tratante. La elección de la técnica analgésica se hace de acuerdo a las características del paciente y su(s) patología(s). En términos amplios, usamos lo que se denomina una analgesia multimodal, combinando diferentes medicamentos para lograr una buena analgesia con los menores efectos indeseados.
Algunos pacientes reciben la analgesia mediante una bomba especial que se conecta a su vía venosa. Cada vez que el enfermo siente dolor por encima de determinada intensidad, pulsa un botón que hace que la bomba envíe una determinada cantidad de analgésico a su torrente sanguíneo. La cantidad y frecuencia máxima de medicamento a recibir son programadas, monitorizadas y seguidas por el equipo de PDA varias veces al día.
A otros pacientes la analgesia es administrada mediante catéteres que se colocan cercano a la emergencia o trayecto de nervios o grupos de nervios. Tal es el caso de los catéteres epidurales o de plexo por ejemplo. En esta modalidad, la infusión de anestésicos locales en forma continua permiten bloquear determinado segmento del cuerpo con la consiguiente optimización de la calidad analgésica y disminución de los efectos colaterales. Por ejemplo, en el postoperatorio de una cirugía por una fractura de codo.
De los seguimientos realizados a los usuarios del PDA de Clínica Las Condes, hemos determinado que ya a las 3 horas de instaurado el sistema de analgesia elegido, la intensidad del dolor cae en -al menos- un 50%. Cerca de un 90% de los pacientes se mostró satisfecho o muy satisfecho con la atención recibida por nuestro equipo.
Finalmente, debemos señalar que la experiencia del PDA de Clínica Las Condes es pionera en Chile en cuanto a implementación, eficacia y persistencia en el tiempo. Estamos orgullosos de los excelentes resultados obtenidos en 15 años de labor interrumpida y en los que hemos ido anexando nuevas técnicas analgésicas en beneficio de nuestros pacientes.