Gerthy García sufrió durante años molestias por las várices que no le permitían llevar una vida normal. Luego de someterse a una cirugía en Clínica Las Condes volvió a su casa al día siguiente sin molestias ni dolor.
Durante su primer embarazo años atrás, a Gerthy García le aparecieron las primeras
várices. Esas venas grandes y gruesas, molestas y poco estéticas, que salen en las piernas. Para ella no era algo tan extraño, ya que su mamá sufría de este mismo problema que tiene un factor hereditario muy alta.
En ese tiempo su ginecólogo le recomendó visitar a un especialista, pero por distintos motivos, no se hizo ningún tratamiento. Pasaron los años, se preocupó de mantener los cuidados básicos para controlar las molestias y siguió hasta que quedó embarazada por cuarta vez.
“Hasta ese momento había seguido con mi rutina y me las había arreglado bien. Sin embargo, cuando nació mi cuarto mi hijo las molestias aumentaron demasiado y me hicieron un tratamiento con inyecciones. Funcionó bien por un tiempo, pero después las molestias volvieron y fue ahí cuando me recomendaron ir donde el
doctor Manuel Espíndola, cirujano cardiovascular de Clínica Las Condes.
Yo soy una persona muy activa, pero sentía las piernas muy
cansadas y
pesadas, era muy incómodo y no me dejaban hacer las cosas que me gustaban.
El doctor, luego de realizarme una serie de exámenes muy específicos, me explicó que la única opción para solucionar el problema era la cirugía. Fue así como en octubre de 2018 entre a pabellón. Era necesario hacer una
safenectomía bilateral, la que resultó impecable.
La recuperación fue muy rápida, me operé como a las 5 de la tarde, a las 7 estaba en la pieza y al día siguiente salí caminando de la clínica. Ahora hago Zumba y Pilates todos los días y no siento las piernas cansadas ni pesadas como antes, no tengo ninguna molestia y ninguna marca en mis piernas. La prueba de fuego fue una enorme escalera que tenemos en una casa en Vichuquén, la que subí sin ningún problema después de solo tres semanas de haberme operado.
Yo tenía la experiencia de mi mamá que se había operado en dos ocasiones en su vida y había sido muy doloroso y complicado, con las piernas vendadas y todo ese cuento. Lo mío fue fantástico. Me atreví y estoy súper bien”.
Síntomas comunes
- Cansancio
- Dolor
- Pesadez
- Picazón
Todos ellos acompañados de
hinchazón y
calambres, principalmente al final del día.
Una rápida recuperación
El
doctor Manuel Espíndola explica que las várices normalmente se producen porque algunos sitios de las venas funcionan mal, se dilatan y no permiten la circulación correcta de la sangre hacia el corazón, desviándola hacia las piernas por las venas superficiales.
“Lo principal en estos casos es hacer un buen diagnóstico que permita determinar cuál es el mejor tratamiento a seguir. En este caso, a la paciente le hicimos una
Eco Doppler venosa, lo que permitió detectar todos los sitios de reflujo donde efectivamente las venas estaban funcionando mal y que determinaban que la sangre se desviara hacia la piel y no viajara normalmente hacia el corazón. Una vez hecho el diagnóstico, le marcamos en las piernas cada uno de esos lugares de reflujo y luego la operamos.
La cirugía consiste en buscar la vena safena que está funcionando mal. Se pincha y se libera un polímero que funciona como pegamento y hace que las paredes de la vena se peguen. Antiguamente esta cirugía era muy traumática porque se arrancaban las venas y la recuperación era larga y dolorosa. Con la técnica actual
no hay dolor postoperatorio y la paciente se puede ir a su casa caminando con unas pantys compresoras que se deben usar por diez días, haciendo una vida completamente normal. Mientras más camine es mejor.
Como en este caso también había reflujo en las venas perforantes, fue necesario marcarlas para luego ligarlas durante la misma cirugía. Con eso cerramos todos los sitios de reflujo que producían várices.
Finalmente le realizamos una
flebectomía, es decir, le sacamos las venas gruesas que quedan a la vista. Esto se hace a través de incisiones muy pequeñas, de 1 mm, con lo que se soluciona también el problema estético, que es muy importante, sobre todo en las mujeres.
Esta cirugía no tiene puntos, por lo que a la semana se revisan los parches y al mes se comienza con un tratamiento que se llama escleroterapia, que consiste en inyecciones con una sustancia especial que hace desaparecer las arañas vasculares que las que quedan después de la cirugía. El resultado cosmético es realmente bueno”.