Alimentos en verano: no pierdas la cadena de frío
26 de enero, 2018
·Adultos
En verano es más fácil que las bacterias colonicen alimentos rápidamente.
Cuando se trata de
bacterias en los alimentos, existe un punto de no retorno, una cantidad de colonias que producen una enfermedad.
En invierno esto tarda más en producirse, y aunque un alimento no se refrigerado, las bacterias no alcanzan a reproducirse para alcanzar una dosis infectante, pero en verano ese tiempo puede ser mucho menor, dice el doctor
Roberto Merino, gastroenterólogo de Clínica Las Condes. “En invierno una leche fuera del refrigerador puede pasar toda la noche y se puede tomarla el día siguiente, ahora si uno deja una leche una hora fuera del refrigerador ya está descompuesta. El proceso de crecimiento de bacterias es mucho más acelerado”, sostiene.
También hay que tener cuidado con los mariscos crudos, que en Chile tienen un índice de contaminación que no es menor, dice el especialista, lo que también puede afectar al pescado crudo por contigüidad. “Lo que se puede usar como sanitario son los golpes de frío que le dan al salmón del sushi, por ejemplo, eso mata bacterias, pero no resulta con los mariscos. Hay que tener cuidado, ver la procedencia de lo que vamos a comer y tratar de mantenerlo refrigerado”, dice.
Las condiciones de
pescados y mariscos pueden ser muy distintas dependiendo del lugar donde se compra. “Es distinto un restaurante que en la calle en un puesto de comida. Eso mismo para el resto de los alimentos que no se sabe la procedencia. Si uno se va a tomar un jugo de una fruta que no sabe si la lavaron”, indica.
En todo caso, más que las bacterias la primera causa de diarrea son los brotes de enterovirus, que provocan un cuadro que puede durar dos días, con náuseas, vómitos y dolor abdominal, pero finalmente el mismo cuerpo es capaz de eliminarlo.