Felicidades, esta es la atapa final de este hermoso proceso. Los síntomas asociados a compresión pélvica de la cabeza fetal suelen aumentar y puede generar la sensación de dificultad para caminar.
Puedes tener algunos calambres, lo que es normal. Asegúrate de buscar una forma cómoda de dormir. Sigue descansando cuando sea posible.
La sensación de piel tirante irá en aumento, así que usa alguna crema hidratante. Pueden aparecer o molestar más las indeseables hemorroides, por lo que mantén la dieta rica en fibra. Si aparecen algunas várices es normal, usualmente desaparecen o disminuyen notoriamente luego del parto.
Cuando la cabeza baja hacia la pelvis puede percibirse una ligera disminución del volumen abdominal.
Cada día tu hijo (a) estará más maduro, en su piel, cerebro y pulmones. De nacer en forma espontánea, lo más probable es que sea perfecto. Asegúrate de tener un bolso listo en caso de tener que partir rumbo al parto.
Especialmente en las primigestas, puede eliminarse una secreción roja-rosada, algo gelatinosa, denominada tapón mucoso. Esta secreción viene del cuello uterino y cuando se enfrenta el primer nacimiento suele tener una relación de un par de días antes del inicio de trabajo de parto.
Si bien la ruptura de membranas (o bolsa) puede ocurrir antes, en esta fecha no es tan rara, de ser así, sentirás una pérdida de líquido claro por la vagina como si fuese orina, pero teniendo claro que no lo es. Este líquido puede tener olor similar al cloro. Si esto ocurre no te angusties, sólo debes contactar a tu equipo médico, tomar tu bolso y dirigirte tranquila a la clínica. Si se confirma el diagnóstico, se tomarán las medidas para que -por fin- nazca y conozcas a tu hijo (a).
Ya llegó la hora. ¿Ya tienes toda la información que necesitas saber para la hora del parto?