Esperar un hijo es un proceso en el que los padres se muestran cada vez más involucrados: una tendencia necesaria para crear un vínculo y muy beneficiosa para el recién nacido.
Durante las últimas décadas, el rol del hombre durante el embarazo ha cambiado radicalmente. Antes permanecían más ajenos, eran “observadores” y no pensaban entrar en las salas de parto. Sin embargo, hoy, especialmente en Clínica Las Condes, son ellos mismos quienes reciben en sus brazos a los recién nacidos, cortan el cordón umbilical y ayudan a limpiarlos en esos mágicos primeros instantes de vida. Todo un cambio que ha derivado en múltiples beneficios tanto para la madre como para el niño y la futura relación familiar.
“El hecho mismo de la ecografía vino a marcar un cambio, ya que antes les era más difícil vincularse con algo que no veían ni sentían. Este mayor acercamiento significa por un lado una mayor conexión con el hijo que viene en camino, pero también un mayor apoyo para la mujer, en una etapa donde ellas necesitan sentirse acompañadas”, sostiene el doctor Gustavo Rencoret, ginecobstetra de CLC.
De acuerdo a lo que explica el profesional, diversos estudios científicos han permitido, incluso, constatar las bondades de esta nueva tendencia. “Está comprobado que un ‘embarazo de a dos’ redunda en una mejor situación emocional de la mujer y ayuda a evitar ciertas conductas de riesgo, como el consumo de alcohol o cigarros. Incluso en aquellas pacientes que deben seguir cuidados especiales por tener diabetes o hipertensión, tener una pareja al lado que está en sintonía asegura una mejor adhesión a los tratamientos”, subraya.
Hombres Jugados
Si bien -en las mujeres- el embarazo fluye en forma natural a medida que avanzan los meses, en los hombres esta relación no es tan cercana, por lo que es importante ayudarlos a aproximarse y lograr una conexión más estrecha.
“Las mujeres deben mostrarles cómo pueden conectarse, porque en ocasiones no saben cómo. Sobre todo cuando son papás primerizos. Pueden pedirles que las acompañen a los controles, a charlas, a comprar la ropa o a preparar la pieza de la guagua; en el fondo, que ellos también se sientan protagonistas”, destaca el doctor Rencoret.
En relación a lo anterior, la comunicación entre el hombre y la mujer es fundamental, especialmente en ciertos temas en los que hay que estar de acuerdo. Por ejemplo, en el ámbito sexual. “Hay parejas que por diversos motivos deciden no tener más relaciones –muchas veces por nociones infundadas– pero uno lo entiende en el contexto de una decisión que tomaron ambos y está bien. Pero en otras oportunidades él o ella no quieren tener sexo y es esencial saber entender y acoger los procesos internos que cada uno pueda estar viviendo”.
Cuando los hombres han estado conectados con sus hijos durante toda la gestación, se produce un vínculo temprano que no tiene que ver con el contacto físico, sino más bien con lo emocional. Así, los especialistas aseguran que esos padres están más preparados para recibir a sus hijos en el momento del parto y en forma posterior, debido al apego que desarrollaron en forma precoz.
Sin embargo, cuando esto no se produce, pese a que puedan estar dadas las condiciones para ello, es necesario considerar si existen antecedentes personales que puedan estar jugando en contra. “Por ejemplo, en personas que han tenido mala relación con sus propios padres, con historias de abandono o maltrato, donde la desconexión que pasaron les impide tener un patrón de relación con sus propios hijos. En estos casos, el apoyo psicológico es fundamental, ya que hay que hacerles ver que es posible revertir este círculo vicioso de desconexión”, asegura el profesional.
¿Hombres con síntomas?
Algunos estudios científicos han permitido comprobar que los hombres también pueden sentir algunos de los síntomas propios del embarazo, entre ellos, cambios en el estado de ánimo, náuseas, vómitos, antojos, aumento de peso y cansancio, que se agrupan bajo el nombre de Síndrome de Couvade.
Al parecer, esto tendría relación con los cambios hormonales de las mujeres, que secretarían ciertas sustancias que podrían ser asimiladas por los hombres (feromonas). Sin embargo, también hay estudios que revelan un aumento de hormonas propiamente femeninas en ellos, con los consiguientes síntomas que producen en el organismo.
Sea como sea, el doctor Rencoret asegura que no es una razón para avergonzarse. Todo lo contrario. “Muchos lo refieren incluso con gran orgullo, ya que sienten que es el máximo reflejo de lo comprometidos que están con el embarazo de su pareja”.
Para tener presente
- Cada hombre debe ir construyendo la relación con su hijo a su modo, con libertad y con el tiempo que requiera para encontrar “su” estilo de paternidad.
- Las mujeres deben tener una actitud igualmente comprensiva hacia su pareja, entendiendo que también pueden sentir miedos, aprensiones y replantearse su relación con sus propios padres.
- Gestar un hijo es un proyecto de pareja, de alegrías y dudas compartidas, así como de encuentros y desencuentros. De esta forma, hombre y mujer deben aprender a integrar estos cambios, teniendo la oportunidad de fortalecer su unión como pareja y familia.