La transferencia de embriones al útero es un procedimiento ambulatorio que se realiza en pabellón, la gran mayoría de las veces sin necesidad de analgesia o anestesia. Este procedimiento dura alrededor de 15 minutos y consiste en depositar los embriones en el interior de la cavidad uterina. Para ello, se utiliza un delgado tubo de plástico, llamado catéter. Éste se introduce a través del cuello uterino y, una vez en el interior, los embriones son depositados en la cavidad uterina. Figura 1.
Este procedimiento se realiza casi siempre bajo visión ecográfica abdominal, por lo que la paciente debe llegar con la vejiga preparada según indicaciones (vejiga llena). En casos excepcionales la transferencia se realiza a una de las trompas de lopio, por microlaparoscopía y con anestesia general.
Figura 1 : Transferencia embrionaria
Después de la transferencia la paciente permanece en reposo por 30 minutos en la clínica. Luego se recomienda reposo relativo por un día aunque esto no es fundamental. Hay muchos centros que no recomiendan reposo luego de la transferencia y no hay diferencia en las tasas de embarazo. Después de la transferencia puede presentarse un ligero flujo sanguinolento. Esto es normal y no debe preocupar.
El proceso de implantación del embrión se inicia al quinto día de la fecundación. Así, si los embriones son transferidos al útero al segundo o tercer día de desarrollo, éstos deben continuar su desarrollo en el fluido uterino antes de tomar contacto con el endometrio e iniciar la implantación. Si la transferencia se realiza al quinto día, en la etapa de blastocisto, la implantación se realizará ese día o al día siguiente.