Aunque no todos son candidatos para su uso, este equipo está incluido desde hace unos años en la Ley Ricarte Soto y puede mejorar notablemente la calidad de vida de quienes padecen esta enfermedad.
La
diabetes se ha convertido en uno de los principales problemas de salud pública en los últimos años, por lo que incluso muchos la consideran una verdadera epidemia a nivel mundial. En Chile, según cifras de la Encuesta Nacional de Salud 2016-2017, un
12,3% de la población tiene esta enfermedad, cifra que ha ido en aumento durante los últimos años, lo que nos deja entre los países con más prevalencia a nivel mundial.
El
incremento de la obesidad y las
altas tasas de sedentarismo son algunos de los principales factores de riesgo para desarrollar diabetes, por lo que se espera que la cantidad de personas afectadas siga al alza.
La clave es la insulina
El tratamiento tradicional para la diabetes tipo 1 -cuando el paciente es insulinodependiente- consiste en dieta y ejercicio, además del suministro de insulina mediante una jeringa o lápiz, varias veces al día, con el fin de controlar los niveles de azúcar en la sangre.
Una persona insulinodependiente se inyecta en promedio 150 veces al mes, por lo que el uso de la
bomba de insulina puede llegar a mejorar de manera importante la calidad de vida de estos pacientes, sobre todo en quienes sufren
hipoglicemias severas, ya que se disminuyen las inyecciones diarias y se consigue un mejor control glicémico.
Esta
bomba o microinfusor consiste en un
dispositivo externo que envía continuamente insulina durante las 24 horas del día mediante un catéter que se implanta bajo la piel. Además, posee un sensor subcutáneo que envía información continua respecto de los niveles de glucosa.
“La dosis de insulina se regula según las necesidades de cada paciente y se puede detener su infusión frente a una hipoglicemia, e incluso antes de llegar a ésta”, explica e
doctor Andrés Kuzmanic, jefe del
Centro de Diabetes de Clínica Las Condes.
La bomba resulta especialmente beneficiosa en pacientes en que ha sido
difícil lograr el objetivo de controlar sus glicemias o que han tenido
complicaciones asociadas al tratamiento, por ejemplo, de hipoglicemias severas. “Esto también permite disminuir el riesgo de complicaciones agudas como hipoglicemias o hiperglicemias graves y las complicaciones de largo plazo de una diabetes mal tratada como la ceguera, amputaciones y diálisis, entre otras”, agrega el doctor Kuzmanic.
Sin embargo, es importante saber que la clave principal para el éxito de la terapia es el
compromiso y motivación del paciente y su familia. Por eso el autocontrol y la educación sobre la enfermedad y su tratamiento son fundamentales, de la misma forma que el trabajo multidisciplinario de un equipo de especialistas en el tema.
Candidatos a la bomba de insulina
Diabetes mellitus tipo 1:
- Pacientes que tienen hipoglicemias (bajas de azúcar) a repetición o hipoglicemias sin síntomas (hipoglicemia asintomática).
- Pacientes con niveles de glucosa muy variables.
- Pacientes con hiperglicemias (alzas de azúcar en sangre) que no logran ajustar su tratamiento con las inyecciones con lápices o jeringas y que requieren dosis más exactas de insulina.
- Niños que pueden necesitar dosis más pequeñas y precisas debido a una alta sensibilidad a la insulina.
- Mujeres antes y durante el embarazo.
- Atletas de alto rendimiento.
- Pacientes en que no es posible lograr un control glicémico óptimo a pesar de todos los esfuerzos terapéuticos realizados con el tratamiento convencional.
- Personas que se desempeñan en turnos rotativos.
Diabetes mellitus tipo 2:
- Pacientes con un estilo de vida en términos de horarios, actividades o alimentación que son impredecibles, como quienes trabajan en sistema de turnos o realizan viajes prolongados de manera frecuente.
- Pacientes a los que se les ha extirpado el páncreas.
Los pacientes con diabetes mellitus tipo 2, si bien pueden ser candidatos a la bomba de insulina, no están cubiertos por la Ley Ricarte Soto, a diferencia de los pacientes con diabetes tipo 1.
Ley Ricarte Soto
Desde 2017 los pacientes con diabetes mellitus tipo 1 se pueden beneficiar con la inclusión de la bomba de insulina a la Ley Ricarte Soto.
Esta ley funciona como un seguro de salud o sistema de protección financiera para el diagnóstico y tratamiento de enfermedades de alto costo con cobertura universal, es decir, incluye a todos los usuarios de los sistemas previsionales de salud (Fonasa, Isapres, Capredena y Dipreca), sin importar su situación socioeconómica. Clínica Las Condes es una de las instituciones acreditadas por esta ley para la bomba de insulina, y hasta la fecha 40 pacientes han sido beneficiados en el Centro de Diabetes.
¿Quiénes pueden acceder a la bomba a través de esta ley?
Los pacientes que tengan requerimiento de micro dosis de insulina y que, a pesar de llevar una correcta adherencia al tratamiento, no logran un control glicémico apropiado y pacientes con buena adherencia al tratamiento que presentan episodios de hipoglicemias severas e inadvertidas.
¿Qué es la diabetes?
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define Diabetes Mellitus como un desorden metabólico crónico, caracterizado por niveles persistentemente elevados de glucosa en la sangre debido a una alteración en la secreción y/o acción de la insulina.
Síntomas de alerta
- Necesidad de orinar con frecuencia.
- Pérdida de peso.
- Cansancio o falta de energía.
- Mucha sed.
Complicaciones de la diabetes:
- Cardiovasculares: infarto cardíaco, ataque cerebral.
- Renales.
- Oculares.
- De los pies que pueden terminar en ulceraciones y amputación.
¿Quiénes deberían realizarse glicemia para saber si tienen diabetes?
Según la Sociedad Chilena de Endocrinología y Diabetes, toda persona a partir de los 45 años debe efectuarse control de glicemia anual o cada tres años si el valor es normal y no hay factores de riesgo para el desarrollo de la enfermedad. Además la presencia de diabetes se debe investigar en individuos de cualquier edad que tienen :
- Sobrepeso u obesidad.
- Antecedentes de familiares con diabetes.
- Mujeres que han presentado diabetes en un embarazo.
- Mujeres que han tenido hijos con más de 4 kg. al nacer.
- Personas que tienen hipertensión arterial.
- Quienes han sufrido un infarto cardiaco o un ataque cerebral.