Para que una persona sea lo más independiente y activa posible durante su vejez, se requiere preparación previa. Aquí, algunos consejos a seguir.
No hay duda de que entre más autónomo sea el adulto mayor, mejor vive esta etapa de la vida. Es más, una gran cantidad de estudios señalan que aquellos individuos que se mantienen activos tienen más satisfacción vital, se enferman menos y están mejor física y afectivamente. Pero para que esto sea una realidad, los geriatras esperan que previamente sus pacientes hayan mantenido ciertas actitudes, como un estilo de vida saludable, ejercicio físico, un propósito vital permanente, ponerse metas y establecer lazos con sus redes sociales. Aunque nunca es tarde para comenzar.
ESTILO DE VIDA SALUDABLE:
Todos los seres humanos deben ser guiados desde la infancia a comer sano y a mantener el peso correspondiente a su edad y talla. También es clave mantener hábitos saludables ya que, cuando se es adulto, las malas prácticas son muy difíciles de erradicar.
“No podemos pretender prohibirle a un paciente de 80 años que deje de fumar si ya lleva más de 60 años con esa rutina. Lo mismo con el consumo de alcohol. Los menores no pueden beber alcohol y los jóvenes deben hacerlo con moderación”, señala el geriatra de Clínica Las Condes, doctor Carlos García.
“Teniendo un estilo de vida saludable, disminuye la posibilidad de enfermarse, ya que se reducen las alteraciones cardiovasculares y los accidentes vasculares encefálicos, entre otras cosas”, agrega el especialista.
EJERCICIO FÍSICO:
Es transversal a todas las edades y debiera ser incentivado desde la infancia y la juventud. “Se deben estimular los deportes semi competitivos para que, en esas primeras etapas, se tenga un estado físico competente. Está claramente demostrado –en estudios en universidades por más de 20 años– que los individuos que mantienen un estilo de vida saludable y practican deportes, atrasan considerablemente su tiempo de discapacidad. En consecuencia, los deportistas son funcionalmente activos por ocho años más que los que no hacen ejercicio ni practican un estilo de vida saludable. Además, retrasan su mortalidad y viven mejor”, comenta.
MANTENCIÓN DE UN PROPÓSITO VITAL PERMANENTE:
Esto se refiere a que los individuos se deben poner propósitos y metas de acuerdo a sus capacidades y a su edad. Por ejemplo, las personas de 60 años se pueden poner un propósito a 20 años plazo, mientras que alguien cercano a los 80, uno de 4 a 5 años plazo. “Estos propósitos pueden ser de todo tipo. Alguien de 60 años podría pensar en lograr un segundo grado académico o realizar emprendimiento social a través de una ONG, además de prepararse para su jubilación y desarrollar hobbies específicos que se puedan realizar posteriormente”.
Mientras los propósitos vitales deben ser permanentes, las metas pueden ser múltiples e ir cambiando. Así, una meta puede ser vender la casa para cambiarse a un departamento más chico o aprender computación para comunicarse y estar activos a través del email o de facebook.
REDES SOCIALES:
Es muy significativo que el adulto mayor salga de sí mismo y piense en los otros, o comparta con los demás. Por esta razón, es fundamental que cultive sus redes sociales y la relación con su familia. “Los adultos mayores deben tener contacto con sus hijos, saber en qué están, qué les está sucediendo, cómo están sus nietos y también deben mantener a sus amigos. Para esto es muy positivo que pertenezcan a un club de bridge, de automóviles, de tenis, etc. Por otra parte, a los hijos se les pide que mantengan a sus padres activos, que les pidan consejos, que los tengan al día de lo que está pasando en la familia”.
TRASCENDENCIA:
Cuando una persona llega a la etapa de ser adulto mayor, sabe que sus años están contados y se da cuenta de la fragilidad de la vida. En consecuencia, ésta es una etapa en la que aumenta su visión de trascendencia y en la que requiere de una mayor paz interior.
“La fragilidad vital se hace patente en las enfermedades propias y de los amigos, fallecimiento de ex compañeros de colegio, disminución de la capacidad de hacer ejercicio. Con frecuencia hay un acercamiento a la religión y las decisiones se toman con ánimo tranquilo”, comenta el geriatra.
Por otra parte, entre los adultos mayores existe una gran variabilidad. A medida que envejecen, son cada vez más distintos. “Lo ideal es que mientras mantengan una capacidad cognitiva adecuada continúen siendo ellos quienes tomen todas sus decisiones (económicas, familiares, de trabajo, viajes, etc.). Sin embargo, en esta etapa es fundamental que los familiares estén alerta ante cualquier deterioro cognitivo y lo ayuden con prudencia y cariño a no cometer errores”.
Si bien todos estos puntos potencian al máximo la capacidad de tener una buena calidad de vida, es importante que los adultos mayores estén conscientes que, a pesar de todo, igual se van a enfermar. Y es que pese a todos los esfuerzos que se hagan, se debe tener en cuenta que los mayores de 65 años tienen en promedio tres enfermedades crónicas. Ésta es la razón por lo cual es tan importante que tengan un control adecuado para prevenir enfermedades y evitar que otras progresen.
LOS VIAJES
Son actividades muy positivas ya que requieren de un propósito vital y de una meta. El adulto mayor debe hacer un trabajo previo en el cual planifica el viaje, toma decisiones, consulta agencias de viajes, elige hoteles, etc. Con esto comienza, previamente, a gozar del viaje. En síntesis, los viajes son recomendables porque requieren de una actividad física, de una intelectual y, además, suman el factor recuerdo.
¿DÓNDE VIVIR?
Esta decisión depende, en gran medida, de la cultura del adulto mayor. Si bien existe un porcentaje mínimo de individuos que decide libremente irse a vivir a una casa de reposo, generalmente son personas que sienten que están molestando y que ya están deprimidas.
“Las casas de reposo son más una opción para los adultos mayores que no tienen quien los cuide. Si se cuenta con los medios económicos, la mejor decisión es que el adulto mayor se quede en su propia casa con el cuidado necesario”, dice.
En todo caso, los mayores de 80 años no deben vivir solos. O tienen a alguien que los cuide o es mejor que se vayan a vivir con algún familiar. En esta etapa necesitan de alguien que los ayude a vivir.
EL ALCOHOL
Los adultos mayores no debieran tomar más de una copa de vino (100 cc.), una cerveza o un vaso de licor fuerte al día. “en todo caso, si beben, lo mejor es que el énfasis sea en el vino”, señala el geriatra.