Durante la pandemia de COVID-19, una de las medidas de prevención del contagio fue el uso de mascarilla por casi dos años. Sin embargo, la utilización de este artículo generó algunos problemas de salud a nivel mandibular.
Desde el equipo
Maxilofacial de Clínica Las Condes, señalan que “nosotros estábamos muy conscientes del apoyo que entrega la mascarilla como barrera”. Sin embargo, agregan que “algunos movilizaban más la mandíbula al estar tapados o incómodos. Eso
generó consultas por molestias mandibulares o faciales”.
Además, indican que una patología que se originó por el uso de mascarilla fue el bruxismo, la cual no solo se produce al dormir. “La
gente mueve la mandíbula, aprieta los dientes o empuja, y por ello puede tener sensaciones musculares en la cara”, comentan los especialistas.
Asimismo, agregan que “no solo por mover la mandíbula y a apretar los dientes se provocó el dolor facial, sino que sumado a los
niveles de angustia, estrés, ansiedad y depresión que vivimos, favoreció a que la gente tuviera molestias en la cara, en la cabeza o dolor corporal. Además, dormían poco y se observaron problemas para poner límites a los horarios de trabajo remoto”
Tratamiento
Respecto al tratamiento, el profesional aclara que “para poder ayudar a las personas, lo importante era hacer el diagnóstico correspondiente, ya que hay gente que bruxa y no le duele. Otros llegaban diciendo que
les dolía la cara porque bruxaban, pero en realidad tenían otros diagnósticos de dolor muscular. Creo que eso fue la mayoría de los casos”.
“Los tratamientos musculares mejoraban con distintas terapias, ajustadas a cada uno y varios relacionados a temas de salud mental”, explican, y ñaden que “lo más difícil fue ajustar este último, ya que el periodo que vivimos fue algo nuevo que afrontar. Ahí estaba el trabajo en equipo para poder entregar soluciones útiles a cada caso. También, era importante que se entendiera que no era un dolor psicológico, sino una molestia que debía ser atendida”.
Otros problemas
Pero el bruxismo no fue la única complicación que produjo el uso de mascarilla, ya que también se producían:
Marcas en la piel: la mascarilla debe estar bien ajustada a la cara para que funcione bien, y usarla en algunos casos por largos periodos. Eso marca y enroje la zona donde se apoya y por lo mismo, muchas personas sufren de dolor en la piel, zona de las orejas o dolores de cabeza por presión.
Ahogos: es más una sensación individual porque la cantidad de oxígeno disminuye en 1% o 2% con la mascarilla. Algunos relataban fatiga y se demostró que era por el aumento de CO2 (o aire que se debe botar).