Frenillo Corto
Se trata de una anomalía anatómica presente desde el nacimiento. Su impacto determina el tratamiento a seguir.
Definido como una banda de tejido fibroso recubierta por mucosa, que une la base de la lengua en su línea media y se proyecta al piso de la boca, el frenillo sublingual corto (también llamado anquiloglosia) puede ocasionar molestias al comer, succionar o hablar, por lo que, dependiendo de su extensión e impacto en el movimiento de la lengua, debe determinarse el tratamiento a seguir.
“Su manejo ha tenido importantes cambios desde el siglo 18, cuando las matronas por regla general solían cortar el frenillo de los recién nacidos para que pudieran succionar mejor, hasta lo que sucede en la actualidad, donde la mayoría de los pediatras y otorrinolaringólogos reconoce que, a pesar de presentarse en un porcentaje elevado de los recién nacidos (1,7% de los bebés de sexo femenino y 4,8% de los de sexo masculino), los casos en los que se indica tratamiento no son tan frecuentes”, explica la doctora Francisca Larach, otorrinolaringóloga de Clínica Las Condes.
Es porque con la edad y el uso, el frenillo lingual está constantemente estirándose y adelgazando, por lo que es frecuente encontrar pacientes que en su niñez tuvieron un frenillo corto, pero que en su vida adulta ya no lo presentan debido a una elongación espontánea, sin ningún tipo de procedimiento de por medio.
También existen niños con frenillo lingual muy corto, pero con un desarrollo del lenguaje normal, debido a que han compensado en forma natural esta menor movilidad de la punta de la lengua, sin necesidad de cirugía ni de tratamiento fonoaudiológico.
Diagnóstico
Al examen físico se observa un frenillo lingual anormalmente corto, que se inserta muy cerca de la punta de la lengua por lo que, al sacarla, esta adopta una típica forma de corazón.
En niños más grandes se puede pedir al paciente que toque con la lengua los dientes de arriba y luego, lentamente, que abra la boca sin perder ese contacto. Si lo anterior no se logra, el paciente debe ser derivado al fonoaudiólogo para una evaluación completa de la articulación del lenguaje y, en caso de que presente algún tipo de problema, puede existir indicación quirúrgica.
Lactancia
La movilidad de la lengua es fundamental para una buena lactancia, y para que esta resulte placentera para la madre y efectiva para el niño. Sin embargo, pese a que el frenillo corto puede ocasionar problemas en este sentido, gracias a la capacidad de adaptación del pecho materno y a la propia fisiología de la glándula mamaria a veces sucede que no. Solo si el proceso de lactancia se ve afectado, puede ser necesaria su resolución quirúrgica.
Tratamiento
En los casos necesarios, el procedimiento más habitual para corregir la anquiloglosia es la frenotomía, que en niños más grandes siempre se hace en forma posterior a una evaluación fonoaudiológica.
Se trata de una cirugía sencilla y de poco riesgo, pero que requiere anestesia general, ya que se efectúa un corte del frenillo lingual con tijera o electrobisturí y se colocan algunos puntos de sutura.
En niños muy pequeños (lactantes) pueden no ser necesarios, debido a que en ellos el frenillo es más fibroso y menos vascularizado.
¿En qué casos puede ser necesaria la cirugía?
- Recién nacidos y lactantes con inconvenientes para alimentarse y succionar.
- Niños con limitaciones mecánicas evidentes (incapacidad para sacar la lengua y, tocarse el labio superior con la punta de la misma).
- Trastornos del habla, en especial para la articulación de la palabra y sólo en aquellos niños que hayan sido evaluados por un profesional.
- Incapacidad para tocar un instrumento de viento.