Mononucleosis: cuando un beso te enferma
22 de agosto, 2018
·Adolescentes
El diagnóstico rápido puede evitar complicaciones en órganos como el hígado y el bazo.
Cada vez que das un beso en la boca o tomas de un vaso que no es tuyo, se transmiten cientos de bacterias y, alguno de esos microorganismos, puede llegar a enfermarte.
El doctor Andrés Lanas, otorrinolaringólogo de Clínica Las Condes, indica que una de estas infecciones es la mononucleosis, también conocida como enfermedad de los besos.
Se trata de una infección viral producida por el virus de Epstein Barr. Se transmite a través de la saliva, en forma directa o indirecta. Es más frecuente en la población adolescente.
¿Cuáles son los síntomas?
Tiene varias semejanzas con el resfrío común, otras veces se puede confundir con la amigdalitis purulenta. La diferencia entre la mononucleosis y la amigdalitis está en el color de la secreción: mientras la infección viral produce una secreción blanquecina en las amígdalas, la infección bacteriana genera una secreción más grisácea.
“Habitualmente, los síntomas incluyen malestar general, fiebre no muy alta de hasta 38,5 grados centígrados, congestión nasal, mucosidad y dolor de garganta, junto a un decaimiento general", dice el especialista.
Al igual que otras infecciones virales y bacterianas, la mononucleosis te infectará en algún momento de la vida, de hecho, la mayoría de las personas la adquirió durante la adolescencia y esa información ha quedado archivada en el sistema inmune y ya no se vuelve a contagiar.
“La mononucleosis típica producida por el virus Epstein Barr sólo se da una vez en la vida, pero hay otras infecciones de tipo viral que pueden dar un síndrome mononucleosis, que son manifestaciones similares pero producidas por subvirus”, indica el doctor Lanas.
Si no se diagnostica en su etapa inicial, en algunos casos puede inflamar ganglios e incluso órganos como el hígado y el bazo, comprometiendo el sistema linfático. Si esto ocurre, el cuadro clínico se complica y será necesario guardar reposo por un mes, período en el que no se puede practicar deporte ni actividad física por el riesgo de lesión o caída que lleve a una hemorragia.