Entre las consecuencias de la hipertrofia está la congestión y obstrucción nasal.
Los
cornetes son
una estructura de hueso esponjoso, recubiertos por mucosa respiratoria y ubicados en las partes laterales de cada cámara nasal. En sus estromas tienen
gran cantidad de vasos sanguíneos, lo que permite que cumplan la función de calentar, humidificar y filtrar el aire que respiramos.
En algunas personas, los
cornetes pueden ser muy grandes, debido a factores anatómicos o por patologías como las rinitis alérgicas, enfermedades inmunológicas, endocrinológicas, entre otras, lo que provoca molestias como obstrucción nasal y ronquidos. “La primera es por lejos, la causa más frecuente. Otras condiciones fisiológicas que pueden producir una hipertrofia, ya sea permanente o transitoria son el embarazo y la pubertad”, dice el doctor
Francisco José Krause, otorrinolaringólogo de Clínica Las Condes.
De acuerdo al especialista,
algunas causas ambientales también favorecen el crecimiento de los cornetes, así como contaminantes tóxicos, el tabaco, el humo y otros factores ambientales como la humedad excesiva. Algunos antidepresivos y derivados del sildenafil, están entre los fármacos que puede provocar la hipertrofia, debido a que por su función vasodiltadora producen
obstrucción nasal por crecimiento de los cornetes.
“Los descongestionantes tópicos (oximetazolina y derivados) también pueden producir una hipertrofia compensatoria de los cornetes al ser usados por periodos largos o en dosis excesivas”, dice.
Los
síntomas de la hipertrofia de cornetes se pueden presentar como congestión y obstrucción nasal intermitente o incluso al acostarse hacia el lado con mayor hipertrofia, afectando principalmente en la pubertad y juventud, aunque también se observa en niños alérgicos.
Otros pacientes también señalan un bloqueo nasal permanente. “Asimismo, pueden presentar aumento de
la intensidad de los ronquidos y sueño menos reparador debido a la obstrucción nasal y la respiración bucal”, dice.
Si se presenta con otras patologías, puede favorecer la cefalea rinogena, infecciones recurrentes o sinusitis crónicas.
La
cirugía (turbinectomía) es el tratamiento más frecuente, cuando no se puede manejar con fármacos (cuando se relaciona con alergias).