Aunque el exceso de vellos en las mujeres nunca es “bienvenido”, a esta edad es especialmente importante tratarlo a tiempo.
Definido como la presencia de vello oscuro y grueso, en una ubicación en la que habitualmente no debiera estar, el hirsutismo es un trastorno que pese a que puede aparecer a cualquier edad debido a la presencia de tumores o enfermedades, en niñas está más relacionado a la pubertad.
“Durante esta etapa comienza un aumento en la producción y secreción de hormonas por parte del ovario y la glándula suprarrenal. Pero cuando no hay una regulación adecuada en la producción de estas hormonas; existen antecedentes familiares de algunas enfermedades como Síndrome de Ovario Poliquístico (SOP), Hiperplasia Suprarrenal Congénita, o se sufre de obesidad, puede producirse un exceso de vello asociado también a un aumento del acné y a alteraciones en los ciclos menstruales”, sostiene la doctora María Isabel Hernández, endocrinóloga infantil de CLC.
Según advierte la especialista, al hablar de SOP es necesario tener en cuenta que no se trata únicamente de la presencia de quistes en los ovarios. “El diagnóstico se fundamenta en la presencia de hiperandrogenismo clínico (hirsutismo) o bioquímico (exámenes de hormonas alteradas), además de alteraciones menstruales”, destaca. Respecto de la Hiperplasia Suprarrenal Congénita, la doctora Hernández explica que es una enfermedad heredada que se manifiesta con un alto grado de variabilidad, “desde la presentación severa en el recién nacido (con ambigüedad genital) hasta el aumento del vello corporal, acné importante y/o alteraciones menstruales en la pubertad”.
Si bien el hirsutismo es un trastorno que también se asocia al antecedente de niñas que han tenido pubarquia precoz aparición de vello púbico antes de los ocho años, a juicio de la endocrinóloga lo más importante es descartar la presencia de factores tumorales. “Estos producen hirsutismo de aparición rápida, asociado a acné, alteraciones menstruales y cambios en la voz, además de crecimiento del clítoris”.
Entre los signos clínicos más evidentes, se menciona la presencia de vello grueso y oscuro en las zonas del bigote y mentón, el pecho, la espalda y la zona más alta de brazos y piernas. Lo anterior determina la necesidad de un diagnóstico preciso y el inicio de un tratamiento precoz. “La adolescencia es una etapa muy vulnerable, por lo que las niñas pueden comenzar a aislarse de sus pares, sentirse menoscabadas y no aceptar invitaciones, especialmente cuando se trata de ir a la piscina o a la playa”.
Además del examen clínico, deben efectuarse distintos tipos de análisis hormonales para definir el tratamiento. “Si hay tumores, se deben extirpar. Cuando son casos más severos, se debe complementar con fármacos.
En los casos de hirsutismo idiopático (con índices hormonales normales) y en aquellos influidos por obesidad o SOP, lo más importante es estimular un estilo de vida saludable (alimentación adecuada y ejercicio) y mantener un peso normal. Además, y dependiendo de la severidad e incomodidad que produzca el trastorno en las niñas, se puede recurrir a tratamientos cosméticos como depilación por láser o blanqueamiento del vello, y la indicación de fármacos específicos.
Recomendación para los padres
- Si una niña comienza con aumento del vello corporal, ya sea en zonas en que no debería aparecer o aumenta el grosor o color del vello, es necesario consultar.
- Tenga presente que el vello púbico antes de los 8 años es anormal.
- Acudir a un especialista en el caso de niñas que todavía no tengan su menstruación a los 15 años de edad o que después de su primera menstruación, dejan de tenerla por un período de más de 3 meses en especial cuando han tenido menstruaciones normales por un periodo de dos años.
Con la colaboración del Departamento de Pediatría de CLC. María Isabel Hernández.