Aunque la mayor parte de las veces es asintomático, es importante su diagnóstico oportuno para evitar daños en el tamaño y función gonadal.
Definido como una dilatación de las venas del plexo venoso que drenan el testículo, el varicocele es una patología que se presenta en alrededor del 15% de los hombres, y es infrecuente en edades precoces o antes de la pubertad.
“Estas venas dilatadas, que tienen el aspecto de várices, aparecen por regla general en el testículo izquierdo (80 a 90%). Lo que ocurre es que existe una condición anatómica que favorece este problema de drenaje venoso donde la sangre se acumula y no fluye correctamente, pues las venas espermáticas del testículo izquierdo desembocan en un ángulo de 90º en la vena renal, mientras que las del testículo derecho lo hacen en forma oblicua en la vena cava (ver dibujo)”, explica el doctor Patricio Varela, cirujano infantil de CLC.
De acuerdo al profesional, el varicocele suele ser asintomático, es decir, no produce molestias. Sin embargo, en ocasiones puede haber sensación de pesadez, dolor o tensión en el testículo afectado, lo que muchas veces es motivo de consulta. “También estas várices pueden aparecer visibles o constatarse que uno de los testículos (el afectado) está más pequeño que el otro”.
Cirugía como Opción
Si bien no todos los varicocele requieren cirugía, es importante su diagnóstico precoz para el adecuado tratamiento a seguir. Porque pese a que no está tan clara la relación, se sabe que entre el 20% y 40% de los hombres que tienen problemas de esterilidad, presentan varicocele que no fue tratado precozmente. Por eso, siempre es fundamental consultar con un especialista para que evalúe la necesidad de una intervención a tiempo.
“Cuando el varicocele es patológico; esto es, cuando es severo, provoca dolor persistente, no desaparece en reposo, existe disminución del tamaño del testículo (atrofia) y/o los exámenes muestran que hay una dilatación venosa con reflujo, es importante tratarlo, porque de lo contrario se puede ver comprometida la función gonadal”, agrega el doctor Varela.
¿En qué consiste la cirugía?
Según el especialista, ésta es muy sencilla y puede realizarse a través de una pequeña incisión en la región inguinal izquierda donde se ligan los vasos testiculares, con o sin preservación de arteria o por vía laparoscópica.
“El objetivo de las técnicas quirúrgicas es que, al ligar los vasos venosos que están drenando mal, el testículo busque otros caminos alternativos para transportar la sangre y así, la que está acumulada, drene normalmente.
Hoy en día la vía de elección es la laparoscópica, pues es una técnica moderna mínimamente invasiva, que no deja cicatrices visibles y cuya recuperación es muy rápida”.
Candidatos a Cirugía...
Quienes tengan uno o más de estos factores, pueden ser candidatos a cirugía:
- Pacientes sintomáticos (dolor, sensación de pesadez).
- Disminución visible del tamaño testicular.
- Esterilidad.
- Varicoceles que permanecen en reposo (sin estar de pie).
- Pacientes que tengan reflujo venoso (la sangre sube hacia la región abdominal y luego retrocede).
- Varicocele bilateral.
Para tener en cuenta
- El varicocele bilateral es infrecuente. De hecho, cuando aparece en el testículo derecho debe descartarse la presencia de otras causas, por ejemplo, tumores.
- El varicocele se produce por condiciones propias de la persona; no hay un factor hereditario involucrado.
- Aunque no existe forma de prevenirlo, es recomendable utilizar calzoncillos más “sostenedores” (en lugar de los boxer, por ejemplo) y evitar estar de pie por periodos prolongados. “Sin embargo, la principal medida de prevención es el control sano del adolescente”, agrega el doctor Varela.
Con la colaboración de Cirugía Infantil CLC. Patricio Varela