Cerca de un 90% de las sillas de auto se ocupan de manera incorrecta y la mayoría de los accidentes de tránsito ocurren en el perímetro cercano al hogar. Datos que revelan que se debiese tener una sensación mayor de riesgo y extremar la protección de nuestros hijos al desplazarnos.
Así lo aseguró el
doctor Sergio Rendich, pediatra de Clínica Las Condes en el marco de una conversación con el medio Chicureo Hoy.
El doctor Rendich es pediatra intensivista y trabaja en la unidad de pacientes críticos, donde llegan los niños graves y, una de las causas más comunes para llegar a este servicio, es el trauma de alta energía producido por un accidente de tránsito.
“Lo que nosotros hacemos con esos niños es manejar las lesiones posteriores al accidente para tratar de que se recuperen de la mejor manera posible. Sin embargo, hay una parte en la que intervenimos poco, que es la prevención, el momento antes del accidente”, enfatizó el especialista. Y es aquí donde entran los
sistemas de retención infantil como las
sillas de auto y su correcto funcionamiento.
Agregó que “si nosotros logramos que los niños vayan en su sistema de retención infantil bien instalado, significa que las lesiones van a ser menos leves. Al ser menos graves, cuando esos niños sean rescatados y lleguen a los hospitales o clínicas, vamos a tener mejores opciones de tratamiento y recuperación para la víctima”.
Recuerda que las secuelas de estos eventos pueden ser muy graves: son una de las principales causas de
discapacidad permanente adquirida como
tetraplejia,
cuadriplejia u otra discapacidad importante.
Así también, enfatiza en que es clave ayudar a los padres a que protejan a sus hijos ante la eventualidad de un trauma ocasionado por un siniestro vial y que, en ese rol, también debieran estar involucrados los profesionales de la salud.
Para ello, el doctor Sergio Rendich, desde Clínica Las Condes, comenzó a trabajar en un proyecto pionero en el país en
seguridad de niño pasajero, que tiene como objetivo orientar y supervisar a los padres en la importancia y correcto uso de dispositivos de retención infantil en vehículos.
Percepción de riesgo
“Usted hoy ve a niños pequeños con mascarilla. Esto es porque los padres tienen una percepción de riesgo con la situación que estamos viviendo y piensan que con la mascarilla se protege al niño y a la comunidad. Esa
percepción de riesgo no la tenemos en los accidentes de tránsito. Conducir a 50 km/h, si se choca o colisiona con desaceleración brusca, es lo mismo que caerse de un cuarto o quinto piso”, asevera el pediatra.
Es por ello que advierte que “los padres tienen que entender
que la velocidad permitida es extremadamente peligrosa frente en caso de accidente. Conducir a 50 km/h en una ciudad no es seguro si no se va con los medios de sujeción: padres con cinturones de seguridad, airbag, apoyacabeza y el niño en su sistema de retención infantil. Pero en general tenemos un serio problema de percepción de riesgo ante este tipo de situaciones”.
Añade que “muchas veces se ve que padres, con la excusa de ir muy cerca, los niños van sueltos, pero los adultos usan el cinturón. Es decir, yo me protejo como adulto, pero no protejo a mi niño pequeño que no puede hacerlo. ¿Por qué esa inconsistencia?”.
Asevera que mientras no exista la cultura y esta percepción de riesgo, necesitaremos mayor fiscalización para evitar más accidentes
Las sillas tienen fecha de vencimiento
Las sillas, cuando son diseñadas, tienen una fecha de vencimiento que pueden ser 6, 8 o hasta 10 años, donde el fabricante, si se usa de forma adecuada, se hacer responsable. Es por ello que es muy importante ser responsables y respetar esa fecha de caducidad.
Sobre edades y peso de uso, el doctor señala que muchos se guían por las normativas del país, pero aclara que las normativas son una manera de acercarse a las mejores prácticas, pero que no siempre son las mejores o más adecuadas.
“En Chile, la ley dice que tenemos que llevar a los niños en silla hasta que cumplan 9 años o midan 1,35 cm o pesen 33 kilos, pero uno debiera llevar a un niño en un dispositivo hasta que mida 1, 50 cm sin importar peso o edad”, sugiere.
Finalmente, concluye que “la responsabilidad es de todos y el camino no va solo en la fiscalización, va en un compromiso de los adultos en proteger a nuestros niños”.